Las relaciones diplomáticas entre la República Bolivariana de Venezuela y la República del Perú se restablecieron, luego de 4 años de distanciamiento como consecuencia de las políticas implementadas por gobiernos de ultraderecha que controlaban las instituciones peruanas.
Ahora, con la llegada de Pedro Castillo a la presidencia de la nación, ambas naciones se preparan para emprender una nueva etapa en cuanto a las comunicaciones, cooperación, intercambio y respeto a los postulados que establece el derecho internacional y las leyes de cada país.
En ese sentido, autoridades del Perú anunciaron el beneplácito acerca de la designación de Richard Freddy Rojas García, quien cumplirá funciones como embajador en Caracas. Por su parte, Alexander Gabriel Yánez Deleuze, asume la embajada de Venezuela en Lima, para lo cual ya tiene la aprobación del gobierno peruano.
De acuerdo con la posición oficial del ministerio de Exteriores del Perú, la reactivación de relaciones diplomáticas “permitirá atender mejor a los peruanos residentes en Venezuela y buscar una solución a la situación humanitaria de los ciudadanos venezolanos en el Perú”.
Efectos del Grupo de Lima
Tras la decisión de gobiernos de derecha en Perú, de atacar constantemente a Venezuela a través del denominado Grupo de Lima; el gobierno de Pedro Pablo Kuczynski retiró la representación diplomática que trabajaba en Caracas en 2017. Al mismo tiempo expulsó al embajador venezolano en Lima, Diego Alfredo Molero Bellavia.
El nuevo embajador de la República Bolivariana de Venezuela, Alexander Yánez, ya había ejercido ese cargo en Perú anteriormente. También fue vicecanciller para América Latina y el último año se desempeñó como jefe de la delegación diplomática en el Estado Plurinacional de Bolivia.
Por otra parte, movimientos y partidos políticos de la izquierda peruana felicitaron el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre ambas naciones; por considerar que se trata de pueblos históricamente unidos en el ámbito de América Latina, a los cuales se les intentó dividir desde centros de poder de la derecha.
La medida es considerada un golpe para el grupo opositor que dirige Juan Guaidó y a su pretendido “gobierno interino”. Ante este escenario, la vocería opositora señaló mediante un comunicado que “respeta” la decisión del gobierno de Padro Castillo, pero “no la comparte”.