Ciertos políticos de derecha han reiterado la posibilidad de que el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, pueda terminar como el expresidente de Libia, Muhamar Gadafi, a quien asesinaron fuerzas terroristas al servicio del imperio de Estados Unidos (EE.UU.) y de sus lacayos principales con funciones presidenciales en la Organización terrorista del Atlántico Norte (OTAN).
En febrero de 2019, el senador republicano estadounidense, Marco Rubio, publicó en su cuenta de Twitter una foto del asesinato del líder libio, lo que se percibió entre la población internauta como una seria amenaza al presidente venezolano, Nicolás Maduro.
En el tuit publicado, que denotó el nivel de necrofilia del senador derechista, mostró primero a Gadafi cuando aún estaba en el poder y en otra imagen la inminente tortura que recibió antes de ser asesinado.
— Marco Rubio (@marcorubio) February 24, 2019
Venezuela-Libia
Pero, ¿por qué la similitud? Durante el primer trimestre del año 2019, la administración estadounidense se encargó de armar un escenario golpista en el que Juan Guaidó sería su figura principal en un intento por socavar la legitimidad del presidente Maduro, sin rechazar la posibilidad de una intervención militar y, tampoco un ataque contra el mandatario venezolano.
En este sentido, la periodista estadounidense Anya Parampil comentó que «un día después de que fracasara la invasión a Venezuela con el pretexto de una ayuda humanitaria, Marco Rubio publica horriblemente las imágenes de la ejecución del líder revolucionario Muamar Gadafi por los yihadistas apoyados por EE.UU. en Libia».
»Rubio está celebrando el hecho de que Gadafi fue sodomizado hasta la muerte en las calles como resultado de la intervención que Obama vendió con falsas pretensiones. Sin embargo, también quiere que creamos que entregar «ayuda humanitaria» a Venezuela es su verdadero objetivo. Trastornado», agregó.
»La OTAN trabajó con los extremistas de Al Qaeda para derrocar a Libia, que antes era una nación próspera y rica con el petróleo, y convertirla en un estado fallido con mercados de esclavos al aire libre. El sádico imperialista Rubio está amenazando ahora a Venezuela con la misma muerte y destrucción», comentó el periodista Ben Norton.
Sobre el mismo tema, el intelectual alemán Heinz Dieterich, quien acompañó al comandante Hugo Chávez como asesor informal, además de ser uno de los creadores de la variante ideológica »Socialismo del Siglo XXI», pese a saber de las ambiciones imperialistas para apoderarse de naciones soberanas y sus recursos, dijo a principios del 2019 que »está claro que a la camarilla Maduro-Cabello-Padrino López no le queda más que la capitulación incondicional. Esta puede asumir tres formas: huir a Cuba, terminar ante la justicia como Saddam Hussein o ser ajusticiado al estilo de Muamar Gadafi».
Otro que comparó a Maduro con Gadafi, fue el expresidente de Petróleos de Venezuela (Pdvsa), Rafael Ramírez. Pero no sería un insulto, ni mucho menos, pues el analista internacional Basem Taljedine, aseguró en una entrevista a teleSUR, que Gadafi llevó a Libia a ser un país ejemplo para África y el mundo árabe, pues el líder libio unificó a la nación, creó instituciones y ministerios para fortalecer la institucionalidad del país.
Asimismo, Taljedine, aseveró que La Revolución Verde, como fue conocido el movimiento, emprendió una reforma agraria, impulsó un sistema de seguridad social, asistencia médica gratuita y participación de los trabajadores en las ganancias de las empresas del Estado. Lo que se convertiría en una clara molestia para los intereses imperiales y de sus aliados.
Pese a esto, el exfuncionario petrolero acusado de corrupción millonaria dentro de Pdvsa, habla contra el gobierno legítimo y vomita que: »Maduro piensa que puede burlar y entregar el país sin consecuencias, piensa que puede jugar con los grandes poderes como lo hace con la oposición, con un discurso para incautos, contradictorio con su actuación, donde se le ven las costuras por todos lados. Me recuerda a lo que intentó hacer Gadafi en sus momentos finales, tratando de llegar a acuerdos y tratos con sus verdugos, solo que maduro lo hace sin la fuerza ni trayectoria del jefe de la revolución de los coroneles libios, con un país arruinado, sin nada más que entregar a cambio de su seguridad para mantenerse en el poder».
Pero, Gadafi nacionalizó la industria petrolera para distribuir las ganancias producto de la venta del crudo, construir vías de comunicación y apuntalar la agenda social.
Taljedine comentó a teleSUR que tras la invasión por parte de la OTAN en febrero de 2011 y el asesinato de Muamar Gadafi en octubre de ese mismo año, el país se encuentra en peores condiciones que antes de la llegada al poder del líder libio.
En la actualidad, Libia tiene tres gobiernos: dos en la capital, que compiten por el liderazgo en el oeste del país, y otro en Tobruk, que domina las regiones del este y controla los principales recursos petroleros.
En este mismo contexto, el portal resumen latinoamericano señala que gracias al cine, la televisión, la poderosa industria editorial y una educación neocolonial para lacayos, aduladores de Washington y Europa, también pusieron a Gadafi en la mira del aparataje bancario y mediático judío AzkeNAZI.
La pregunta es: ¿pretenden el imperio y sus lacayos convertir a Venezuela en una segunda Libia? Donde el conflicto armado abierto desde 2011 en el país africano, se ha cobrado la vidas de más de cinco mil personas, al menos un millón han huido de sus hogares, sus exportaciones de crudo descendieron hasta un 90 por ciento y las pérdidas de su PIB se contabilizan aproximadamente en 200.000 millones de euros durante los últimos ocho años, según cifras recogidas por Middle East Monitor.
Las exportaciones de hidrocarburos, que representan más del 70 por ciento del PIB de Libia y el 95 por ciento de las exportaciones totales, han caído en picada.
Libia ha sido usado por las mafias, para el tránsito y comercio de refugiados desde África hacia el continente europeo, de cuyo varios países causaron la desestabilización de la nación africana y que le ha negado hogar a quienes huyen del hambre, la guerra y la esclavitud a la que ha sido sometido el pueblo libio.
En 2017, el articulista Oscar Heck, publicó en Aporrea, un escenario existencial y establece lo siguiente: »sus enemigos no quieren dialogar con usted, sólo quieren verlo terminar como Gadafi. Ante esto, ¿Usted siendo Nicolás Maduro, qué habría hecho o que podría hacer todavía para evitar lo que parece inevitable? Todos sabemos que sólo el pueblo salva al pueblo, y que éste es el supremo poder de la República que debe responsabilizarse para protagonizar las soluciones a encontrar».
El homicidio a Gadafi, comprendió además un ensañamiento mediático, en el que las grandes corporaciones comunicacionales acrecentaron su morbo al mostrar la tortura a la que fue sometido el mandatario cumpliendo con sus grandes intereses económicos y políticos de control, manipulación y alienación.
Venezuela, se convierte, entonces en otra Libia, nada lejos de la realidad en la búsqueda del »tesoro» más anhelado: el petróleo. Las constantes agresiones del imperio, lo demuestran.
