Este jueves, el gobierno de la República de Venezuela, representado por su canciller, Yván Gil tuvo su intervención en la 89ª sesión plenaria del 78º período de sesiones de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para vigilar la imposición de sanciones contra los países.
Desde Nueva York, el ministro del Poder Popular para Relaciones Exteriores de Venezuela, instó al organismo, no solo a vigilar la imposición de medidas económicas unilaterales como medio de coerción política y económica, sino también a estudiar su impacto negativo sobre los países afectados en el área del comercio y el desarrollo.
Por ello, en nombre del presidente Nicolás Maduro Moros, el canciller precisó que el “papel de la Secretaría de las Naciones Unidas en la concienciación sobre este asunto que tiene implicaciones globales… no puede dejar de subrayarse”.
En esta línea, solicitó a los miembros responsables de la comunidad internacional a “impedir que se minimice o ignore esta realidad, incluso en el contexto de los procesos intergubernamentales en curso en las Naciones Unidas”.
Durante la 89ª reunión plenaria de la Asamblea General de la Asamblea General de las Naciones Unidas, celebramos la discusión sobre los efectos perjudiciales de las sanciones económicas unilaterales, con el objetivo de avanzar hacia la eliminación de estas medidas que… pic.twitter.com/qiEnaLzFNL
— Yvan Gil (@yvangil) June 13, 2024
Igualmente, Gil resaltó que “Si de verdad estamos comprometidos a honrar nuestra promesa de no dejar a nadie atrás, ha llegado el momento de que todos abordemos la cuestión de las medidas coercitivas unilaterales de forma integral y eficaz en interés del bienestar de nosotros, los pueblos de las Naciones Unidas (ONU)”, sentenció, al tiempo que pidió a los Estados a abstenerse de “promulgar, reconocer y/o aplicar” estas políticas (sanciones) para “forzar la voluntad soberana” de las naciones.
Por último, el canciller destacó que “hoy estamos ante una nueva generación de estas medidas ilegales, que ahora son mucho más crueles y destructivas. Utilizan el dolor y el sufrimiento de pueblos enteros para avanzar agendas intervencionistas y de desestabilización”. Además, recalcó que, “debemos decirlo claramente, colocan en peligro la vida y el bienestar de los pueblos sujetos a ellas”.