La Unión Europea ratificó que no enviará ninguna misión de observación internacional para las elecciones parlamentarias, de este domingo 6 de diciembre en Venezuela. De esta forma el organismo multinacional reafirma su postura de subordinación a Washington. Pero también pierde todo derecho a emitir ninguna opinión sobre el crucial proceso de participación electoral en la República Bolivariana.
Al menos en teoría, la representación del viejo continente asume y entiende que si no manda a sus representantes, deberá permanecer como los mirones en el juego de dominó: «muda», como si fuera de palo.
«El Parlamento Europeo no observará los comicios y por tanto no hará comentarios sobre el proceso ni sobre los resultados. Ningún miembro del Parlamento Europeo ha recibido mandato para ejercer de observador«. Así lo expresaron a través de un comunicado conjunto el presidente de la comisión de Asuntos Exteriores, David McAllister, y el presidente de la comisión de Desarrollo, Tomas Tobé. Ambos dirigentes políticos forman parte del Partido Popular Europeo (PPE).
Europa y España
Gracias a la influencia negativa de facciones de la ultraderecha venezolana radicadas en España, como Antonio Ledezma y familia; y Leopoldo López y familia, entre otros, la nación hispana se ha convertido en uno de los más enconados enemigos diplomáticos del país.
Y esa irradiación negativa ha hecho que, a su vez, España haya fungido como adalid de la campaña sucia contra Venezuela, en el seno de la propia Unión Europea. Sin embargo, a pesar de toda la crueldad desplegada, para rendir a la nación mediante la asfixia financiera, el país ha superado obstáculos.
Este domingo 6 de diciembre será un día histórico, para las instituciones y el pueblo venezolano. Mediante la renovación del Poder Legislativo, la ciudadanía «armada» de democracia le dará un contundente respaldo a sus instituciones. En contrapartida, Juan Guaidó y todo lo que representa será el gran derrotado de esta trascendental jornada.