Diego Maradona se marchó a la eternidad, dicen equivocadamente, nadie se marcha hasta donde ya está. El zurdo mágico tiene tiempo ahí, es un anticipado…
Escribir desde los afectos es complicado, pues, y esto es tendencia en el periodismo de estos días, donde los intereses privan sobre la verdad, corremos el riesgo magnificar las virtudes de Diego Armando Maradona, pero son tiempos de asumir retos, como fue la vida terrenal del zurdo de oro, dispensen este calificativo que no es mío, es de muchos, pero sin ánimos de apegarnos a las faltas objetividades, lo asumimos con todas las letras.
Decimos que Diego fue un hombre de retos, y sigue siéndolo, pues su legado, pese a quienes enfrentó, el llamado orden instituido, sigue siendo un referente para los irredentos, para quienes van contra vía…
Es que Diego conoció la fiera por dentro, cuando todos pensaban que se le había tragado definitivamente volvió, estigmatizado si, por los mismos que lo empujaron a ese abismo, pues ya no les servía para sus fines…Fue un militante de las causas “perdidas” …Amigo militante de los pueblos, Palestina, la Revolución Cubana, la venezolana…Militante dijimos, no solo de palabras, no solo para las cámaras, para los medios…
La mano de Dios
Cuando Diego, que nunca lo negó, al menos en los últimos años, marcó el último gol contra Inglaterra, en los cuartos de final del Mundial de 1986 en México; le llamaron el gol del siglo, luego el marcado por la Mano de Dios, un paralelismo entre la idolatría, estimulada y verdadera, levantada por el Maradona y el morbo de la rivalidad entre ingleses y sureños, con las heridas todavía sangrantes de Las Malvinas.
“Ahora si puedo contar lo que en aquel momento no podía, lo que en aquel momento definí como La Mano de Dios… ¡Qué mano de Dios, Fue la mano del Diego! Y fue como robarles la billetera a los ingleses también»; dijo años después.
Diego, siempre Diego…
Murió el mismo día que Fidel… no podía ser de otra forma.
Estaba grabando una nota y vi el celular, paré y me fui a casa. Que tristeza. Casi nada puede entristecerme en mi #Bolivia junto a mi pueblo, habiendo recuperado la democracia recientemente.
Dicen que el cine nacional es una de las pocas cosas que valen la pena de Argentina, el Diego era lo mejor, lo más, eso que vale la pena mencionar con orgullo de Argentina. Pocos seres humanos conocí que lleguen a la cima y no se olviden de su origen, de su pueblo, de los que lo vieron nacer.
Diego siempre recordó no solo a su pueblo argentino, sino que a cada pueblo que lucha por su liberación, estuvo donde había que estar, del lado de los más humildes, de los invisibles, de los nadie.
Apoyó la revolución cubana y venezolana cuando hacerlo se pagaba caro, cuando eras tildado de lo peor, de «comunista», de «dictador”, apoyó a mi patria Bolivia en las buenas y en las malas, esos son amigos de verdad, compañeros leales incondicionales.
Se va un imprescindible porque no era un jugador de fútbol más, por cierto, el mejor del mundo, era también un hombre militante de la vida, de la solidaridad, de la lucha, alguien que reivindicaba su origen humilde y pobre de la Villa Fiorito. Un imprescindible porque usó su lugar de privilegio y poder que conquistó desde un potrero para apoyar a las causas nobles.
Se puso del lado de los presidentes populares y contra los poderosos oligarcas. Eso no tiene precio, por eso pasa a la inmortalidad y es parte ya de la mejor parte de la historia argentina.
Gracias por apoyar siempre a mi pueblo boliviano de manera tan honesta y amorosa.
LARGA VIDA PARA EL DIEGO.
Q E.P.D.
#DiegoMaradona
Verónica Zapata periodista boliviana.
EDUARDO LEÓN