Han pasado ya 6 años del inicio de la operación de bloqueo financiero contra el país. Al principio, la retórica de las mal llamadas «sanciones» era que éstas, estaban direccionadas específicamente contra individuos y que no dañarían al resto de la población. Sin embargo, bien pronto se comprobó, dolorosamente, no sólo que las «sanciones» son un crimen, sino que son un crimen masivo.
Todo el país ha estado sometido a un plan sistemático de asfixia, que así como ha causado estragos en el plano de la macroeconomía, ha mostrado su fiereza contra las personas de a pie, trastornando el día a día de la inmensa mayoría.
El diseño de esta política de máxima crueldad, ha tenido diversas fases de aplicación. En cada una de ellas, la gente ha debido padecer distintas penurias. Desde la escasez inicial para acceder a rubros esenciales y las maratónicas colas, hasta la hipertrofia en el proceso de formación de precios. Haciendo que haya disponibilidad de productos, pero a montos casi inalcanzables.
Las mal llamadas sanciones han sido un ataque certero al corazón de la economía venezolana. Pero más allá del daño a las variables macroeconómicas (PIB, reservas internacionales, exportaciones, balanza de pagos, etc.), que ha sido espantoso; comienzan a surgir cifras que revelan de cuerpo entero, la cara más trágica de esta perversidad.
Contra el pueblo
Por culpa de las «sanciones» nuestra gente, especialmente la más humilde, ha tenido mayores dificultades para acceder a una alimentación balanceada y de calidad. Siendo los grupos más vulnerables los niños en proceso de formación, las mujeres embarazadas y los ancianos.
No es nada casual que este ensañamiento de las cúpulas norteamericanas, se dirija precisamente a combatir los logros sociales de un gobierno como el bolivariano. Hasta el año 2013, todos los indicadores sociales confirmaban a Venezuela, como un país avanzado en la consolidación de un modelo de inclusión social.
El progreso del país en este sentido, era incluso reconocido y documentado por organismos como la FAO de las Naciones Unidas y la Comisión Económica para América Latina (CEPAL). Venezuela había logrado mejoras sustanciales en la ingesta de leche, carne, pollo y huevos. De acuerdo con mediciones del Banco Central de Venezuela y el Instituto Nacional de Estadística (INE), como la III y la IV Encuesta Nacional de Presupuestos Familiares, en la década anterior 98% de los venezolanos comían 3 o más veces al día.
Era tan sólo uno de los indicadores más representativos del proceso de inclusión social, iniciado por el Comandante Chávez con su revolución bolivariana. Ese es el fondo de esta lucha y lo que no nos perdonan los halcones de la Casa Blanca. A fin de cuentas, para ellos, cualquier país del mundo que aspire a la autodeterminación y al manejo soberano de sus propios recursos, será mal visto por Washington. Y también será embestido, bien con la fórmula de la agresión directa (guerras o invasiones) o con las «bombas invisibles» de la asfixia y la persecución financiera, como el bloqueo.
Asedio a la comida
Eso es exactamente lo que se está viviendo en Venezuela. Gracias a este criminal asedio, ha disminuido drásticamente la importación de productos terminados e insumos para la industria alimenticia. De 52 buques que se importaban se pasó a tan sólo 10.
La disponibilidad de alimentos ha venido achicándose desde 2016. Fundamentalmente, afectada por la disminución del ingreso público, el bloqueo y las «sanciones». Así cayó el patrón de consumo alimentario, afectando el valor de kilocalorías disponibles. Igualmente, decreció la cantidad de estas kilocalorías, al bajar 39% en los últimos 4 años. Mientras que la oferta de proteínas bajó casi a la mitad en el mismo período.
¿Qué otro calificativo podemos emplear para describir esta situación? que no sea la palabra crimen. Es, sin duda una operación malévola, destinada a causar muerte, sufrimiento, hambre, desolación y desesperanza. Sin embargo, se han estrellado contra un pueblo, un gobierno y una Fuerza Armada Nacional Bolivariana, que han resistido con heroísmo. El 6 de diciembre, con las elecciones parlamentarias tendremos la oportunidad de «sancionar» nosotros a estos bandidos, terroristas. El bloqueo es un crimen masivo contra el pueblo venezolano.
DANIEL CÓRDOVA