Hace justo un año, el gobierno de los EE.UU. ordenó el asesinato del general iraní, Qassem Soleimani. Se trataba del máximo jefe militar de la nación persa y un héroe viviente que había doblegado a las fuerzas del terrorismo del Estado Islámico en la zona.
Washington justifico su ejecución como una maniobra contra un “peligroso jefe del terrorismo”, pero para Taherán se trató de un crimen de guerra para liquidar al hombre que más hizo en Medio Oriente para arrinconar al terrorismo patrocinado por Occidente.
Sin que pasara mucho tiempo para abonar especulaciones, Trump, desde La Casa Blanca confirmó que él ordenó el asesinato. Para los analistas, esta peligrosa instrucción podía desencadenar una guerra, en cambio el presidente dijo lo contrario, que mató a Soleimani “para detener una guerra”.
Operación ilegal
El crimen contra Soleimani fue una emboscada en Bagdad. Los estadounidenses utilizaron drones en las inmediaciona del aeropuerto, comenzando así a romper las reglas de una maniobra que era ya una operación ilegal.
El vuelo de aparatos no tripulados cerca de una terminal aérea se considera peligroso para el tráfico de aviones civiles.
Fieles a la recia tradición norteamericana de los daños colaterales, en la ejecución de Soleimani también liquidaron a Abu Mahdi al Muhandis, el jefe adjunto de las Fuerzas de Movilización Popular de Irak, que combaten la ocupación estadounidense.
La ONU se pronunció respecto al crimen en contra de Soleimani. La relatora para ejecuciones extrajudiciales, Agnes Callamard, declaró que “Las muertes selectivas de Qasem Soleiman y Abu Mahdi al Muhandis son ilegales y violan el derecho internacional humanitario: fuera del contexto de hostilidades activas, el uso de drones u otros medios para muertes selectivas casi nunca será legal”.
Revancha iraní
Las autoridades iraníes condenaron el asesinato de Soleimani y prometieron revancha. En el país persa se hicieron masivos homenajes al general, cuyo prestigio pudo ser contemplado en las multitudinarias concentraciones de personas que acompañaron su féretro.
Días después Teherán cumplió su palabra y atacó con misiles a 3 bases estadounidenses en Irak. Según Trump los daños fueron pocos y sus soldados salieron ilesos, pero medios locales confirmaron que los militares en la zona sufrieron “conmociones cerebrales”.
La respuesta iraní hace un año hizo temer la escalada de un conflicto mayor empezado por Washington pero no pasó nada; La Casa Blanca no contestó el ataque como si se tratara así del precio justo de un ensayo en el que consiguieron comprobar que Irán tiene poder y coraje.
Solidaridad desde Venezuela
Con motivo de cumplirse un año del asesinato de Soleimani, el gobierno venezolano recordó el suceso, el cual calificó como resultado de una orden nefasta de la administración de Trump.
En un comunicado, Venezuela reitera que «el General Soleimani fue ejemplo de valentía, lucha y firmeza en la garantía de la liberación del territorio ocupado por fuerzas extranjeras; y en el combate de grupos terroristas que las erráticas intervenciones de occidente dejaron sembrados en el Medio Oriente».