Ucrania, Irán… es lo mismo: Biden, de la confusión al oprobio

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El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, en su discurso en el State of the Union, que sería retransmitido ante el Consejo de Seguridad de la ONU, tuvo una confusión entre Ucrania e Irán, como si se tratara de decir patata o potato.

“Putin podrán rodear Kiev, pero nunca se ganará el corazón y las almas de la gente iraní”. Se equivocó como por 9 mil kilómetros en un mensaje mundial. No pasa nada.

En un nuevo acto de senilidad y insensibilidad, el jefe de Estado de una de las potencias más importantes del mundo, le parece que los iraníes y los ucranianos se parecen. ¿Qué estaría pensando realmente en ese momento para tener semejante cruce de cables? ¿Será que en el fondo sí le importan las bajas civiles que ocurrieron en Irán durante sus aventuras militares en ese territorio? ¿Acaso los ucranianos correrán con el mismo destino signado por barras y estrellas?

Lo cierto es que, una vez más, esos detalles y errores inoportunos colocan al mandatario en el banquillo de la senectud y lo descalifican para el cargo que ostenta.

De hecho, la reacción de su vicepresidenta, Kamala Harris, quien está sentada detrás y al ver que su jefe confundió a Ucrania con Irán, parece que tiene asegurada su candidatura para la presidencia en un par de años.

Esta no sería la primera vez en la que el líder de la potencia mundial tiene semejante confusión en público, por lo cual ya no despierta extrañeza. Ya en anteriores oportunidades ha confundido a los expresidentes Trump con Obama, incluso se ha preguntado ¿Qué estoy haciendo aquí? en medio de un mitin de su partido.

«Su posible principio de demencia senil se ha reflejado en silencios repentinos en mitad de frases, en frases balbuceadas e inconexas, confusiones flagrantes y olvidos clamorosos. No es exactamente la agudeza mental que uno desea en la persona al cargo del botón nuclear»; así reseña el medio español, la gaceta.

Es un lapsus que pudo ocurrirle a cualquiera, pero el contexto y la coyuntura en el que ocurre es el peor de todos; las lecturas que se le han dado al «oooops» presidencial han sido millones. Muchos lo comparan con la lucidez que tuvo hasta el final personaje como Fidel Castro. Algunos alegan que se confundió de enemigo, otros que esas «almas» que su homólogo Putin no se ganará, no significan nada para Biden, ni las iraníes ni las ucranianas y que son solo un fin para justificar el medio (guerra).

Esperemos que el nuevo desafortunado traspiés del mandatario, no afecte los intereses familiares que tiene su propio hijo con el negocio del gas en Ucrania. Oooops.

 

 


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