A partir del 26 de marzo, el secretario de defensa de Estados Unidos, Mark Esper, estableció la suspensión de movimientos de sus tropas desplegadas en el mundo durante 60 días, debido a la propagación del covid-19.
Esta medida se tomó con la finalidad de detener los contagios dentro de las fuerzas armadas estadounidenses, luego de que se generara un conflicto interno a raíz de lo sucedido cuando el departamento de defensa de Estados Unidos rechazó la solicitud del capitán Brett Crozier, quien fue despedido por solicitar la evacuación de la tripulación del portaaviones Theodore Roosevelt (con 4 mil marines a bordo), porque corrían peligro las vidas humanas tras confirmarse el contagio de un centenar de soldados por covid-19.
Sin embargo, el subsecretario de Defensa para el Personal y la Preparación, Matthew Donovan, informó acerca de la nueva orden de extender la paralización hasta el 30 de junio, informando que el secretario Mark Esper, revisará la política cada 15 días. Esta medida tiene como excepción el caso de Afganistán, donde los soldados estadounidenses continuarán saliendo, de conformidad con la declaración conjunta entre ambas naciones.
«La nueva circular autoriza despliegues operativos y redespliegues y permite a los viajeros que han comenzado un viaje regresar a la base permanente o unirse a su nueva base», afirmó Donovan.
Hasta el pasado 17 de abril, el Pentágono sumaba 2 mil 986 casos de covid-19 en sus fuerzas, dos muertes (un reservista de la Guardia Nacional y un marinero del portaaviones Theodore Roosevelt), y 44 soldados hospitalizados.
