Después de que la revista médica The Lancet publicara los estudios de la vacuna Sputnik V, el panorama cambió radicalmente para el antídoto; el cual había sido objeto de una campaña tenaz de desprecio y sospechas.
Ahora la agencia estadounidense Bloomberg se deslizó por el tobogán de los halagos, haciendo ruborizar a los serios semblantes rusos acostumbrados a sobrellevar los desaires de occidente.
El medio afirma ahora que la Sputnik V es quizás el “mayor avance científico” de Rusia desde la era de la Unión Soviética.
Pero antes de que el medio escribiera un enunciado tan increíble de imaginar antes, Josep Borrell se les adelantó. Desde Moscú, el jefe dela diplomacia de la UE dijo que la vacuna rusa era «una excelente noticia para la humanidad».
Todo este viraje fue el resultado de la impecable y efectiva operación de relaciones públicas de una revista cuyo título conocen muchos pero quizás no han leído nunca, porque es una revista muy especializada: The Lancet.
Halago e intriga
Después de aparecer en esa publicación, ahora los países “están haciendo cola para recibir suministros de Sputnik V”, escribe Bloomberg, la cual está muy lejos de ser una agencia al servicio del gobierno de Rusia, como advierte twitter sobre algunos medios en esa plataforma.
Pero mientras el medio estadounidense lanza el halago, más abajo desliza la intriga; convirtiendo a “la vacuna de Putin” en el nuevo recurso de un “poder blando” que aprovecha El Kremlin para mejorar su imagen en el mundo.
Aunque Bloomberg advierte que esta concesión de reconocer la efectividad del fármaco ruso no cambiará la postura de occidente respecto a Rusia; al mismo tiempo reconocer que sí servirá para aumentar su prestigio en América Latina.
Sputnik V, además de demostrar que es 91% eficaz contra el coronavirus, también tiene la virtud de ser más barata en su producción.
Al mismo tiempo es fácil de almacenar y transportar respecto a sus pares de Pfizer, Moderna o AstraZeneca. Esto hace a la vacuna rusa la opción más viable para los países pobres.
