Colombia es un gran laboratorio para la construcción de noticias contra Venezuela y, ahora, de agresión militar violenta hacia el país. Así lo expresó el analista Wilfredo Cañizares, defensor de los derechos humanos en el país vecino y director de la Fundación Progresar.
Al conversar con el periodista Ricardo González en el programa #SinFiltro, transmitido por la plataforma RedRadioVe, el analista explicó cómo funcionó la maquinaria propagandística que los grupos de poder colombianos activaron en torno a los ataques de grupos irregulares e territorio venezolano del estado Apure.
En ese sentido, señaló que lo que ocurre en Apure son acontecimientos importantes que implican la defensa del territorio. Pero que en Colombia “con cualquier hecho insignificante construyen una narrativa y lo ponen en el escenario internacional para afectar los intereses políticos, sociales, económicos y militares venezolanos”.
«Nos sorprendió muchísimo cómo inició esta andanada comunicacional alrededor del tema y eso tuvo eco, como siempre ocurre, en redes de comunicación que están al servicio de las oligarquías«, relató el colombiano.
Dijo que, por esas razones, en su país los sectores críticos y progresistas tardaron 3 días para comprender la situación en Apure y mucha gente estaba confundida. Agregó que todo el discurso se construyó en torno a que la FANB estaba asesinando civiles; que se trataba de un conflicto promovido por el gobierno venezolano en acuerdo con la disidencia de las FARC.
Realidad vs. ficción
Cañizares hizo énfasis en la velocidad con la cual reaccionó la mediática en Colombia, con una narrativa perversa acerca de lo que querían hacer ver en torno a los sucesos en el estado Apure. «Eso parece como si lo hubiesen tenido ahí listo», añadió.
Igualmente reflexionó acerca de que ese tipo de operación y todas las consecuencias que tienen no es fácil poderlas entender cuando se manipula con tal fuerza. «Tenían testimonios de gente diciendo barbaridades, que el Ejército Bolivariano estaba matando niños, por ejemplo», recordó.
También expresó que toda la frontera colombiana con Venezuela está en manos de grupos irregulares, por lo que lo acontecido en el Arauca, frontera con poblaciones del estado Apure, es sólo una muestra de lo que se ha ido construyendo a través del tiempo por parte de estructura criminales, todas con intenciones de cruzar a territorio venezolano.
“Esto es apoyado, financiado, auspiciado en complicidad con sectores importantes del establecimiento colombiano, la fuerza pública, sectores de la clase política y gobernantes”, puntualizó.
Por otra parte, calificó como muy grave que en Colombia no se habla de los actos atroces contra la población civil; por parte de los grupos irregulares porque la clase política y los medios de comunicación han “naturalizado” ese tipo de hechos.
El drama de las minas
El director de la Fundación Progresar, Wilfredo Cañizares, ilustró la gravedad y el peligro que representa la implantación de minas antipersonales; como parte de esa agresión militar, un drama que en Colombia suma cerca de 13 mil víctimas en los últimos años.
Por esta razón aseveró que «el pueblo venezolano no puede aceptar la instalación de minas, porque el minado destruye la comunidad». Señaló que en su país hay comunidades enteras que no pueden salir se sus caminos y carreteras porque son campos minados.
Asimismo, comentó que en Colombia las aberraciones en torno a las minas antipersonales llegan inclusive a convertir balones de fútbol y, hasta envases de galletas, en artefactos explosivos.
Parlamento venezolano activo
Por su parte, Orlando Zambrano, diputado por el estado Apure, integrante de la Comisión de Finanzas y Desarrollo económico de la Asamblea Nacional; resaltó que Colombia y Venezuela mantienen una frontera muy permeada de 2.219 kilómetros de línea limítrofe. Esto hace que la zona adquiera una dinámica muy particular en lo social y económico.
Sin embargo, explicó que desde hace un tiempo la frontera en Apure, así como en Táchira y Zulia recibe elementos nuevos. Por ejemplo, la intención de esos grupos irregulares colombianos, de querer operar en territorio venezolano para establecerse. Y a partir de allí, construir una nueva infraestructura del narcotráfico.
En tal sentido, calificó que en el marco de la guerra híbrida contra el país, desde Colombia han trabajado para captar personas y grupos con el objetivo de sumarlos a su plan de desestabilización y agresión militar contra la nación.
Informó que en lo que va de año, sólo por el municipio Pedro Camejo del estado Apure se desmantelaron instalaciones del narcotráfico, al igual que en el municipio Muñoz. Explicó que, este tipo de acciones dejan claro que no se trata de grupos «revolucionarios» sino de bandas narcotraficantes que tratan de infiltrarse en Venezuela.