La carrera presidencial de Estados Unidos vuelve a ser tendencia, esta vez no por los indicios de fraude que marcaron la “elección” de Hillary Clinton en 2017, sino por el abandono de las primarias demócratas del senador independiente por Vermont, Bernie Sanders, quien por cuarta vez se presentaba en la contienda.
Sanders dijo este lunes en videoconferencia que apoyará al ex vicepresidente de Obama, Joe Biden, en las presidenciales de noviembre próximo: “Te necesitamos en la Casa Blanca”, expresó Sanders en alusión al candidato demócrata. Agregó que Trump es uno de los presidentes más peligrosos de los últimos tiempos.
“La vía a la victoria es virtualmente imposible… He concluido que esta apuesta por la nominación presidencial no será exitosa“, fueron las palabras de Sanders para despedirse de sus aspiraciones, luego de que Joe Biden conquistara con una amplia ventaja las ciudades de Florida, Illinois y Arizona.
Un final que abre nuevos caminos
La salida de Bernie Sanders de la carrera electoral en medio de la peor crisis sanitaria y económica de Estados Unidos acaba con las esperanzas de un buen número de electores cansados del régimen bipartidista que insiste en acentuar las desigualdades, pues el senador además de ganar sus primeros escaños como independiente, es el primer político demócrata en catalogarse abiertamente socialista.
El apoyo del excandidato a Joe Biden, un político conservador, lejos de parecer una concesión inevitable llega en un contexto muy diferente para los progresistas del partido demócrata que ahora tienen mayor fuerza para negociar.
Los demócratas enfrentan un quiebre generacional que ha hecho cobrar fuerzas a la izquierda dentro del partido, encabezada por la senadora neoyorquina Alexandria Ocasio-Cortez y un centenar de jóvenes voluntarios que lograron recaudar más de 130$ millones para la causa Sanders.
El panorama electoral general aún es muy difuso, pues en este momento todo el foco se centra en el tratamiento de la pandemia en territorio estadounidense, acción que podría definir el destino de Biden y Trump en la Casa Blanca.
