La Unión Europea (UE) avanza en la aplicación de sanciones económicas contra Rusia. Sin embargo, estas medidas también podrían traer repercusiones en la economía mundial.
Tras el inicio de la aplicación de sanciones por parte de las potencias occidentales a Rusia, el precio del petróleo, el gas natural y otras materias primas se disparó. Las preocupaciones por la escasez en Europa también impulsaron un alza en el precio de algunos granos y metales.
Por su parte y en respuesta a la aplicación de las sanciones en su contra, Rusia cerró su espacio aéreo a 36 países. Esta medida empuja a que los aviones de carga recurran a rutas alternativas, consumiendo más combustible.
Además, Rusia y Ucrania son grandes exportadores de trigo y maíz, así como de metales esenciales como paladio, aluminio y níquel, utilizados en las cadenas de producción desde teléfonos celulares hasta en automóviles.
En Estados Unidos, temen por un incremento en la inflación, la cual ya se encuentra en el más alto nivel desde la década de los ochenta. La presidenta del Consejo de Asesores Económicos del gobierno de Biden, Cecilia Rouse, advirtió que el mayor impacto de la guerra en la economía estadounidense era el aumento en los precios de la gasolina.
Por otra parte, en el campo de la tecnología para el sector energético existe un efecto negativo, debido a las restricciones anteriormente aplicadas por EE.UU. Según la Comisión Europea, todo producto que tenga al menos un 25% de participación estadounidense entra dentro del veto establecido por Washington. Ahora, con las nuevas medidas de la UE, hay hasta 32 tipos de tecnologías que los Estados miembros podrían elegir suspender.
También existe el temor de que Rusia responda a las sanciones tomadas por la UE y EE.UU. limitando o eliminando la venta de gas a Europa. Esto afectaría a varios países del este que son 100% dependientes de las exportaciones provenientes de Rusia. En Alemania, por ejemplo, el 30% del gas que se consume proviene de Rusia.
Asimismo, tan solo en Alemania existen más de 6 mil empresas que tienen negocios con Rusia, según información de la Cámara alemana de Industria y Comercio (DIHK). En muchas de ellas ya se siente el impacto de las sanciones, debido a que los clientes están inseguros y evitan hacer pedidos.