Otro líder social fue muerto en Colombia. El suceso ya se cuenta con la terrible resignación de ser una rutina a la que el país se ha acostumbrado fatalmente.
La última víctima fue un dirigente indígena. Lo asesinaron en la zona noroccidental del país, y se llamaba Miguel Tapí Rito. Él es el caído número 278 en lo que va del año.
Con este último caso se pone de relieve que en lo que va del 2020 se ha configurado el ritmo dramático de un líder muerto cada 1.2 días.
Miguel Tapí Rito era el gobernador indígena de su comunidad del Río Valle. La última vez que le vieron con vida, unos sujetos desconocidos se lo llevaron a la fuerza y luego apareció degollado.
De acuerdo a la estadística que lleva el Instituto de Investigación para el Desarrollo y la paz (INDEPAZ), con este último caso, ya son 16 en la región de Bahía Solano.
Exterminio sistemático
Sobre este fenómeno de asesinato de líderes sociales, los grupos de derechos humanos colombianos sostienen que se trata de un exterminio sistemático, el cual es potenciado por la impunidad en el país.
El líder de INDEPAZ, Leonardo González Perafán, sostiene que estos asesinatos de líderes sociales “No son crímenes aislados ni líos de faldas. Quienes los matan tienen intereses económicos en los territorios y agendas políticas”.
El gobierno de Iván Duque ha sido varias veces interpelado por no hacer demasiado para evitar este fenómeno. En recientes oportunidades ha querido sacudir su responsabilidad apuntando que los asesinatos son cometidos por grupos de las disidencias de las FARC, descartando con ello que sean perpetrados por grupos criminales de paramilitares, un fenómeno que oficialmente en Colombia está “terminado”.
Adicional a este exterminio sistemático de líderes sociales, otro grupo víctima de esta rutina de asesinatos selectivos son los guerrilleros desmovilizados de las FARC.
Más de 140 han sido muertos por sicarios, desde que fueron suscritos los acuerdos de Paz con el estado en 2016.