La Revolución Bolivariana abrió paso a la participación política en Venezuela desde sus inicios. Uno de los grandes logros de este proyecto histórico ha sido abrir a las grandes mayorías el derecho a la educación universitaria que había sido negado durante la IV República. En Venezuela todos y todas tenemos derecho a estudiar.
Son distintas las políticas generadas por la Revolución para garantizar este derecho: la municipalización de la educación, la eliminación de las pruebas OPSU como germen de corrupción en las universidades, el acceso a la lectura (desde convertir a Venezuela en territorio libre de analfabetismo hasta el acceso masivo a los libros a través de distintas vías), entre otras.
Las residencias estudiantiles Livia Gouverneur nacieron con este propósito. Facilitar las condiciones de estudio a jóvenes que vinieran desde el interior del país a estudiar en Caracas y que no contaran con vivienda. Es un espacio para transitar el tiempo académico desde el inicio hasta la graduación (entre 4 y 5 años). No es una propiedad privada. Por ende, es un espacio público, y de ahí su carácter solidario.
La solidaridad como principio revolucionario
La polémica que se ha generado debe ser vista desde la mirada de los principios revolucionarios. Y la solidaridad es uno de los más importantes. Nos encontramos en medio de una pandemia mundial, de una enfermedad que ha acabado con miles de vidas y que es altamente contagiosa.
Asimismo, en Venezuela, contrario a lo que se registró al inicio en países europeos, casi 80% de los contagios son personas en edades comprendidas entre 0 y 49 años. Además, el virus se ensaña con abuelos y abuelas, madres y padres y todas aquellas personas de nuestra Patria que tengan algún problema de salud adicional. Este es el principal problema a debatir en esta coyuntura.
Las residencias estudiantiles Livia Gouverneur se ubican como parte de los espacios de Caracas que cumplen con las condiciones para albergar a aquellas personas que tienen el virus pero que son asintomáticos. El aislamiento es un acto solidario. Está centrado en no multiplicar el virus y no afectar a aquellas personas que pudieran tener un resultado fatal.
El verdadero debate
No están en discusión los problemas que hoy pudieran encontrarse a lo interno las residencias Livia Gouverneur. Tampoco están en discusión los intereses adicionales o privados que existan sobre este espacio.
Llama la atención que no se hubieran encendido las alarmas previamente. Hoy apremia una emergencia mundial que tiene fuerte presencia en la ciudad capital. No es el primero, ni será el ultimo de los espacios a tomar para afrontar la emergencia. Los casos de contagio van en aumento.
La discusión aquí es la vida. Cada espacio de esa residencia que un estudiante deja momentáneamente para salvar vidas, debe ser punto de honor de la juventud revolucionaria. Cada persona que estará aislada en este lugar, significarán 10, 20, 30 ó 50 vidas de abuelos y abuelas que se protegerán de un foco de contagio.
Eso es lo que está puesto hoy en discusión y también es un interés máximo a favor del pueblo. Los principios de la Revolución Bolivariana no dan paso en este contexto a otros propósitos.
“Lo social, un nuevo concepto de solidaridad social. Decía Simón Rodríguez -y vuelvo a la idea, porque la idea debe estar sembrada a lo largo y ancho del texto constitucional- “que tenemos que existir para entreayudarnos los unos a los otros (….) La mentalidad republicana no es otra que el pensamiento y la acción en función de la cosa pública, en función de la República, en función del colectivo, en función de los demás, en función del interés de la nación antes que el interés individual”. Comandante Hugo Chávez.