La refinería de Amuay, en el estado Falcón, reactivó la producción de gasolina en la unidad de craqueo catalítico, con capacidad para la elaboración de 645 mil barriles por día, según informaciones atribuidas a un vocero sindical del sector.
En medios, redes y agencias internacionales difundieron la versión según la cual el dirigente opositor, Iván Freites, refirió que la procesadora entró nuevamente en funcionamiento, luego de que se adelantaron reparaciones en en compresor de gas.
La planta de desintegración o craqueo catalítico «permite la conversión del gasóleo de vacío (hidrocarburos pesados) en componentes para la producción de gasolinas (nafta catalítica; olefinas para la producción de alquilato) y componentes para producción de diésel», reseña el portal web de la estatal Petróleos de Venezuela.
Se prevé que, con estos pasos, la industria nacional avanza a la normalización en el suministro de combustible en todo el territorio nacional. Estas operaciones se han visto afectadas en los últimos meses por el bloqueo comercial y financiero que impone el gobierno de Estados Unidos.
También trascendió que otro vocero opositor, Carlos Colina, director nacional del movimiento Petroleros Sin Fronteras; afirmó que los problemas que enfrentó la planta obligaron a paralizar la producción desde comienzos del mes de julio. Sin embargo, hasta el momento no hay pronunciamientos oficiales por parte del Gobierno venezolano.
Sanciones y sabotaje
Junto a las refinerías de Cardón y El Palito, la de Amuay es una de las principales surtidoras de combustible para cubrir la demanda nacional. Esas 3 plantas han sido objeto de sabotaje, ataques, espionaje y conspiración en los últimos años, tal como lo ha denunciado el presidente Nicolás Maduro.
Asimismo, el gobierno nacional mantiene un plan de suministro de combustible subsidiado y recientemente anunció que espera mantener el ritmo de producción a fin de normalizar la distribución de gasolina y diésel.
El pasado mes de abril, el jefe de Estado, Nicolás Maduro denunció que a Venezuela se le prohíbe importar cualquier producto vinculado a la industria petrolera; con amenazas mediante sanciones a cualquier empresa del mundo. Además, puntualizó que «hay grupos terroristas solamente dedicados a sabotear los centros de refinería del país».