A solo horas de conocer el resultado electoral en los EE.UU., tanto demócratas como republicanos se proclaman ganadores de una elección marcada por la desconfianza, propia de la crisis de representación política, de una nación sumida en la violencia y la desigualdad, pero donde decide un colegio electoral.
El asunto es que ante el aparente empate técnico surgen algunas inquietudes sobre la respuesta a los resultados de un candidato que fue capaz de apelar a la violencia y asaltar el capitolio; y una candidata que admitió que EE.UU. tiene el poder de acabar con el genocidio del pueblo palestino.
Ante este juego tan cerrado, Donald Trump se anticipa al resultado de las presidenciales haciendo una “crítica” al sistema electoral; el mismo que le permitió llegar al poder en 2016 sin tener la mayoría del voto popular, y que acusó de fraudulento en 2020 por salir derrotado con un margen de menos de 50 mil votos en los estados claves.
Este panorama incierto da cuenta de la absurda “democracia” estadounidense, dónde el total de votos del Colegio Electoral determina el ganador y no el caudal del voto nacional, y donde no existe ningún tipo de auditoría.
Por eso, es válido preguntar ¿Qué gobierno del mundo será capaz de dudar de los resultados? o ¿Quién pedirá las actas de los colegios electorales?
Seguramente ninguno de los “defensores de la democracia” saldrán al paso, nunca lo han hecho. En primer lugar porque no están dispuestos a enfrentar a sus financistas y en segundo lugar porque esa es en definitiva la “democracia” en la que creen, donde las élites económicas y políticas se alternan en la repartición de un botín (país) sin importar la opinión de las grandes mayorías.
Por supuesto, no hay grandes expectativas sobre el cambio de color de la Casa Blanca, afortunadamente el futuro de Venezuela hace rato dejó de depender de ello. Lo que esperamos con ansias es la celebración de la clase política Pitiyanqui ante los que será una nueva burla al pueblo estadounidense. Así funciona la doble moral de quienes pretende dar lecciones de soberanía popular a Venezuela y el mundo.