Juan Guaidó vuelve a llegar tarde a las decisiones y las acciones de gran trascendencia política, esta vez en medio de una asamblea nacional ilegitima, reaparece con la promulgación de una sospechosa ley que pretender “normar” un “Fondo para la Liberación de Venezuela y Atención de Casos de Salud de Riesgo”, luego de un año de absoluta inactividad de la asamblea nacional en desacato que “presidió” en 2019.
Gracias a que hemos construido las capacidades y tenemos la confianza del mundo, seguimos avanzando camino a la Libertad. Vienen nuevas noticias. pic.twitter.com/yLEen6te7O
— Juan Guaidó (@jguaido) February 19, 2020
Dicha propuesta, aparece luego del escándalo de corrupción develado en días pasados por el Vicepresidente Jorge Rodríguez, que se suma a las denuncias de desfalco y robo del año pasado; y es presentado como «el primer paso para acciones del gobierno legítimo en territorio venezolano», admitiendo así que su “gobierno” no ha ejecutado ninguna acción concreta.
El tema central acá es que la ley propuesta pretende ser un símil de la ley de presupuesto nacional, con la diferencia que esta, debe pedir la autorización del Control de Activos Extranjeros (OFAC por sus siglas en inglés) del Departamento del Tesoro estadounidense, para el uso de los fondos proveniente de la liberación de los capitales bloqueados; cuyo seguimiento y control estará a cargo de la Organización de los Estados Americanos (OEA), anulando todo vestigio de soberanía.
Estamos hablando de entre 40 y 80 millones de dólares, que no representan ni el 10% de los activos y capitales bloqueados por Estado Unidos, que serán usados bajo la discrecionalidad de la Comisión de Finanzas y Desarrollo Económico del Parlamento ilegal, en diversas áreas de interés del proceso de “liberación de Venezuela”, que según la propia agenda opositora, podrían incluir guarimbas, sabotajes, viajes y más sanciones.
El colmo del descaro
Otro elemento importante de esta iniciativa es la “Atención de Casos de Salud de Riesgo” que se brindará con el fondo, que abona el discurso de «emergencia humanitaria compleja» que intentaron posicionar en 2019 y que se fue cayendo por su peso, por un lado porque es imposible contrastar la crisis de Venezuela con crisis en otras latitudes; y por otro porque su empeño de promover medidas coercitivas unilaterales, lejos de encontrar soluciones, someten al pueblo venezolano.
Pero sin duda, el meollo del asunto no recae en la existencia o no de la «ley», sino en el carácter no vinculante de las decisiones de ese espacio y la imposibilidad de ejecución de un “gobierno” que no tiene control político ni institucional, lo que convierte este proyecto en otra falacia que solo beneficia a sus creadores; que aunque digan que tienen las neveras tan vacías como su conciencia, no pueden esconder sus lujos ni sus nuevos Outfit.