Sobre la campaña que se libró con la llegada de Pedro Castillo a la presidencia del Perú, el diputado Diosdado Cabello Rondón se refirió a la posición que asume el nuevo mandatario, a quien acusan de querer copiar el modelo «chavista» de la República Bolivariana de Venezuela.
En torno al gobernante peruano, aumentan las versiones divergentes en los últimos días. Algunas le acusan de comunista, otras lo catalogan como moderado, mientras que hay declaraciones en las cuáles se supone que Castillo toma distancia con respecto a la Revolución Bolivariana.
«El señor Pedro Castillo es el presidente del Perú, no es Chávez. Es más, creo que ha declarado que no es chavista. Nadie le pide que sea chavista», expresó el primer vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).
En ese sentido, citó un artículo publicado por el periódico ABC de España. Allí el medio afirma que «el temor al comunismo es latente; por eso el nuevo presidente de Perú, Pedro Castillo, matiza su discurso para acallar a los que lo acusan de querer imitar a Chávez».
Nadie le pide que sea chavista
También se refirió a las declaraciones del eurodiputado Hermann Tertsch, quien afirmó que con la llegada de Castillo se vive la desolación en Lima por el discurso de un presidente que declara la guerra a la civilización y convoca a comunismo y magia; es decir, odio e incultura para entregarle el Perú.
«Nunca le hemos pedido (a Pedro Castillo) que sea chavista. Pero como van las cosas (en Perú), nos alegra cómo van las cosas. Es la verdad, nos alegra», manifestó Diosdado Cabello.
Ante estas expresiones, enfatizó que el mencionado parlamentario europeo «es de los que se creen que en verdad existe el Reino de España y que ellos pueden darle órdenes a quienes a ellos les parezca».
Aunque Perú Libre, el partido que llevó a Pedro Castillo a la presidencia, se autodefine como una organización marxista-leninista, el ahora presidente manifestó recientemente que «no somos chavistas, no somos comunistas. Somos trabajadores, emprendedores y garantizaremos una economía estable, respetando la propiedad privada, respetando la inversión privada».