El político y escritor venezolano opositor al gobierno bolivariano, Enrique Ochoa Antich, planteó en su más reciente artículo de opinión titulado «Los Yo No Fui», que Juan Guaidó y su comitiva se empeñan en negar los hechos de los que son partícipes directos, pese a que existan pruebas de ello, y cuyos resultados terminan siendo un fracaso tras otro, además de la afectación directa del pueblo venezolano, el mismo pueblo que, sin duda les ha dado lecciones de resiliencia.
En una concisa cronología de los hechos protagonizados por Juan Guaidó desde su «autoproclamación», Ochoa Antich manifesta: «Revocatorio, guarimbas, abandono del cargo, abstención, autojuramentación para poca sea de Dios la cosa, «Sí o sí» cucuteño, payasada del 30A (con perdón de los payasos), fractura parlamentaria, chanchullos aquí y allá, agravamiento de las condiciones sociales del pueblo vía sanciones y bloqueo imperial, y ahora… ahora esta bufonada de Macuto (con perdón de los bufones)… y Maduro sigue allí, incólume»
Pero si algo ha caracterizado a Guaidó es negar una y otra vez sus culpas, lo que lo ha llevado al declive político, «¿Reconocer la propia culpa? ¡Eso nunca, compañero! Por ejemplo Macuto: Guaidó no propició los contactos con los mercenarios gringos; Guaidó no conversó vía Skype con Goudreau para firmar el infame contrato (como todos pudimos escuchar a través de las redes)», escribe el político venezolano integrante de la Alianza por el Referendo Consultivo, refiriéndose a los últimos acontecimientos de la incursión terrorista frustrada y ocurrida tras un pacto criminal firmado por Guaidó y su comitiva con la empresa mercenaria Sivercorp USA, el cual no solo llevaba implícito secuestrar y asesinar al presidente Nicolás Maduro y miembros de su gobierno sino a cualquier venezolano que consideraran una «fuerza hostil» o «elemento del régimen».
«Está claro que tuvimos razón quienes en enero/2019 alertamos públicamente acerca del grave peligro que corríamos todos si entregábamos a estos zascandiles el control sobre la principal vocería de la oposición», refirió.
Bajo legalidad venezolana, Juan Guaidó no es más que un diputado que se encuentra en desacato, sin embargo con ayuda de la mediática internacional y de su apoyador, el gobierno de EE.UU. había logrado confundir a algunos, quienes ahora le piden, tras sus recurrentes fracasos y mentiras destapadas, ceda el paso a otros, sobre esto, Ochoa Antich indica que «Algunos le han pedido a Guaidó (dizque presidente de nada) que «destituya» (¿destituya?, ¿de qué?: ¡pura ficción!) a todos quienes participaron en este patético macutazo. Curiosa redundancia ya que… ¡tendría que comenzar por destituirse a sí mismo! Que renuncie, pues», sentenció.
Intentos para derrocar al presidente Nicolás Maduro por la vía de la violencia, el robo de activos venezolanos en el exterior, intentos de incursiones criminales, impulso de medidas unilaterales coercitivas que conllevan a un bloqueo financiero y, constantes amenazas a la paz de la nación venezolana bajo el auspicio y ejecución de Washington, son algunas acciones que ha dejado a su paso la presidencia ficticia de Guaidó. «Que se haga a un lado. Que otros asuman la tarea de hacernos volver, como país y no como oposición o como gobierno, a la ruta democrática: al voto, al diálogo, a la paz, a la Constitución, al progreso económico con justicia social y a la defensa a ultranza de nuestra soberanía», solicitó el también activista político y derechos humanos.
