Con la firme intención de evitar una «grave alteración del orden democrático» en el país, este miércoles, el presidente de Perú, Pedro Castillo, solicitó a la Organización de Estados Americanos (OEA) la activación de la Carta Interamericana.
En su alocución transmitida por televisión nacional, Castillo denunció aprestos de una asonada de nuevo tipo que, según dijo, orquestado por el Parlamento opositor y la fiscal de la nación.
«Mi Gobierno ha solicitado ante la OEA la activación y la aplicación de la Carta Democrática Interamericana para iniciar un proceso de consultas con todas las fuerzas políticas; los poderes del Estado y las fuerzas sociales para encontrar (…) un camino que impida una grave alteración del orden democrático en el Perú».
Castillo había denunciado anteriormente una persecución política en su contra; luego que la Fiscalía lo acusara ante el Congreso de supuestamente liderar una organización criminal.
Igualmente, el mandatario peruano afirmó que las fuerzas políticas de derecha y conservadoras del país han impulsado un nuevo modelo de golpe de Estado en Perú.
Por último, ratificó que culminará su mandato. «Quieren que yo me vaya para que ellos gobiernen sin haber sido elegidos«.
Además el presidente dijo: “Les digo que voy a terminar el período que el pueblo me otorgó y voy a entregar el poder al siguiente presidente del Perú el 28 de julio del 2026. No antes”.
Un poco de historia
Este instrumento que ahora solicita Perú, como es la Carta Democrática Interamericana, ha sido utilizado para hacer jugadas injerencistas; ya que, a pesar de haber sido creado para fortalecer la institucionalidad democrática de los países miembros de esta organización; pero que al final, termina por anular las voluntades de sus pueblos e imponer autoridades sin procesos electorales.
Le otorga a los otros poderes a actuar por encima del Ejecutivo, si este viola el proceso democrático, a juicio de la OEA, claro.
De hecho, la primera vez que se aplicó la Carta fue en 2002, cuando el golpe de Estado al gobierno del Comandante, Hugo Chávez. En aquella oportunidad, la oposición aupada y financiada por el gobierno de los EE.UU. promovió la activación de este instrumento. Venezuela ya no forma parte de la OEA.