Portugal reconoció deudas de la esclavitud colonial

El presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, reconoció la responsabilidad de los crímenes cometidos durante la esclavitud transatlántica y la época colonial.

En una declaración a la prensa, Rebelo de Sousa reconoció que Portugal asume la responsabilidad de los errores cometido en el pasado, en referencia a los crímenes perpetrados durante la colonización: como el tráfico de esclavos en África, la masacres a indígenas nacionales y bienes saqueados.

Asimismo, el mandatario portugués manifestó que deben pagar los costes, dado que hay acciones que no se castigaron y responsables que no fueron detenidos.

“Tenemos que pagar los costes (…) ¿Hay acciones que no fueron castigadas y cuyos responsables no fueron detenidos? ¿Hay bienes que fueron saqueados y no fueron devueltos? Veamos cómo podemos reparar esto”, declaró el mandatario portugués.

Esta es la primera vez que un funcionario del Gobierno de Portugal reconoce los crímenes perpetrados durante la colonia, pese a que desde hace años movimientos sociales pedían acciones concretas de resarcimiento.

Tras el reconocimiento del presidente de Portugal, Brasil informó que se comunicó con el Gobierno luso para ayudar en la reparación de daños.

“El habla debe venir seguida de acciones concretas. Nuestro equipo ya está en contacto para dialogar y pensar esas acciones y pasos”, declaró la ministra brasileña de Igualdad Racial, Anielle Franco.

Franco precisó que las palabras del mandatario portugués deben ir acompañadas de acciones concretas.

Sin embargo, admitió que las palabras de Rebelo de Sousa son “importantes y contundentes”, ya que son “fruto de siglos de reclamos por parte de la población negra”.

Durante más de cuatro siglos, secuestraron a al menos 12,5 millones de africanos, a quienes trasladaron a la fuerza en barcos por comerciantes principalmente europeos y vendidos como esclavos.

Brasil recibió al menos 4 millones de esclavos entre los siglos XVI y XIX, lo que representa más de un tercio de este comercio criminal mundial.

 

 


 

Ana Perdigón: