Eslovaquia, Hungría y Polonia decidieron prohibir la importación del grano proveniente de Ucrania, como parte de una política para defender el mercado local, el cual se ha visto afectado por las medidas tomadas por la Comisión Europea.
La decisión de prohibir la importación del grano y otros productos de Ucrania, llega luego de que la Comisión Europea decidiera levantar los aranceles a las importaciones, con el objetivo de “facilitar el tránsito a las naciones más pobres de Oriente Próximo y África”. Sin embargo, esta medida provocó una caída en los precios locales.
Tras la decisión de los 3 países de la Unión Europea (UE) se espera que otros, como Bulgaria y Rumanía, también sigan sus pasos.
Actualmente, con la medida de eliminar los aranceles, Ucrania se convierte en uno de los grandes graneros del mundo; dado que entra a los demás países sin las mismas exigencias ni controles que el resto de los productos de las demás naciones.
Pese a las críticas y solicitudes de Bulgaria, Hungría, Polonia, Rumanía y Eslovaquia a la Comisión Europea para que retomara los aranceles. Hasta el momento, el ente no ha atendido las demandas.
«El Gobierno se compromete a defender los intereses de la comunidad agrícola húngara, por lo que, a falta de medidas significativas de la UE; prohíben temporalmente, al igual que Polonia, la importación de cereales y oleaginosas»; declaró el ministro de Agricultura de Hungría, Istvan Nagy.
Asimismo, Nagy añadió que el veto al grano ucraniano se extenderá hasta el 30 de junio de 2023, para dar plazo a la Comisión para que revise la medida. Se espera que luego de este tiempo garanticen condiciones justas para el mercado local.
En marzo pasado, Bruselas se comprometió a ayudar a los agricultores de cereales de Rumanía, Bulgaria y Polonia con un paquete de compensaciones de 56,3 millones de euros. Sin embargo, el sector indicó que esa oferta no era suficiente.