En un nuevo acto de injerencia en asuntos internos de la República Bolivariana de Venezuela, el gobierno de Canadá incurrió en señalamientos fuera de orden. Esto se evidenció con una publicación a través de la cuenta oficial de la embajada canadiense en la ciudad de Caracas.
En su mensaje la representación diplomática de la nación norteamericana no sólo se toma la libertad de pedir que se retome el proceso de diálogo que el Gobierno Bolivariano y la oposición iniciaron el año pasado en México; sino que también salen en defensa del exdiputado Juan Guaidó.
De esta forma, Canadá reincide en su postura de desconocer al gobierno legítimo y constitucional del jefe de Estado venezolano, Nicolás Maduro; a pesar de que las autoridades venezolanas mantienen el respeto por la delegación canadiense, en el marco de la diplomacia bolivariana de paz.
Por otra parte, la vocería extranjera califica como «amenazas» el llamado que hizo recientemente el Gobierno Bolivariano, ante el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), para que se las instituciones competentes combatan la impunidad y caiga todo el peso de la ley sobre quienes promueven sanciones y bloqueo contra la nación.
Las recientes amenazas de Maduro y su régimen dirigidas a @jguaido demuestran temor a los procesos democráticos en Venezuela. Canadá sigue pidiendo que se retomen las negociaciones para encontrar una solución pacífica.
— Canadá en Venezuela (@EmbCanVenezuela) January 30, 2022
Política imperialista
Canadá es uno de los pocos países que mantiene total apego a la política imperialista que impone el gobierno de Estados Unidos; contra la República Bolivariana de Venezuela. Por tal motivo, insiste en sus agresiones contra la figura del jefe de Estado, Nicolás Maduro.
A comienzos de 2022 la administración de Justin Trudeau declaró su respaldo al anuncio que hizo el exdiputado Juan Guaidó. Por ellos apoyaron a pretensión de extender la trama del supuesto «gobierno interino»; el cual Washington utiliza como excusa para apoderarse de recursos del pueblo venezolano.
De igual forma, desde su política de injerencia, el gobierno de Canadá apoyó los ataques que se gestaron desde el denominado Grupo de Lima, organización de extrema derecha que se debilitó en los últimos meses, con la llegada de mandatarios con tendencia de izquierda en diferentes naciones.
