1. Hay cosas que debemos acompañar desde un gran sentimiento de respeto, independientemente de la posición política que tengamos, hace pocos días que las bombas de gasolina de Venezuela se han llenado de alegría, se ha incorporado una juventud que no solamente ríe, canta, baila, estudia, trabaja, hace deporte, sino que también es militante de la vida, de la esperanza, de los sueños colectivos. ¡Bravo muchachos y muchachas!. Son un ejemplo para el mundo que observa su valentía y reconoce la conciencia tan amplia que tienen del momento histórico que nos tocó vivir.
Les cuento que hoy me escribía un amigo opositor, pero, de esos buena gente, y me decía: “Me da lástima ver a esos jóvenes en gasolineras sin ninguna meta en su vida”. Estoy seguro que le molestó fue ver a la muchachada de Chávez con las camisas de la JPSUV. En nombre de esta vanguardia maravillosa le contesté: “Me das tristeza tú, compadre, que no tienes la capacidad de ver más allá. Allí están los jóvenes más humildes del país luchando por ver a su patria levantarse, somos una generación sin miedo que construye y no destruye. Estamos luchando desde la nobleza y la dignidad, el pueblo nos reconoce, así como nosotros nos sentimos dignos de ser y tener el pueblo que somos y tenemos”. Créanme que esperaba algo más, ardía en mí un fuego sagrado, pero como siempre, llegó el silencio de quien sabía que había perdido otra batalla.
2. Ahora hablaré de los símbolos, pues bien, los nombres no son solo adornos, son un significado y tienen una carga de mensajes que debemos asumir desde la discusión política, este despliegue llamado «la gran operación victoria» revive el 12 de febrero de 1814, ya son más de 200 años de historia, y es que en aquella gesta libertaria fue la juventud la que obtuvo el triunfo mientras enfrentaba a un imperio, como lo hacemos nosotros hoy, y aunque es una batalla compleja el objetivo debe estar centrado en volver a vencer.
3. Otra cosa que debemos reconocer es que nuestra juventud desde su fundación siempre ha estado a la altura de las circunstancias, incluso el comandante Chávez nos llamó “la mejor generación en 500 años”, sin embargo, actualmente en el liderazgo de Nicolás Maduro, se puede percibir a una juventud que está debatiendo permanentemente, se está reuniendo tomando decisiones de importancia, la vemos en escenarios internacionales y está asumiendo con determinación la defensa de la Revolución Bolivariana. Considero que hemos entendido que un partido se construye convirtiéndonos en una fuerza movilizadora que inspire desde la creatividad, pero también desde la comprensión que se tiene sobre el poder como la capacidad de hacer.
Luis Miguel Rodríguez
