Paciencia estratégica, ¿con qué se come? | Por: Carolys Pérez
Como algunas y algunos de ustedes sabrán, soy una mujer apasionada de las palabras, porque considero que estas, las palabras, tienen el poder de impulsar acciones. Las palabras forman imaginarios, construyen, consolidan. Todo empieza con las palabras, de ellas nace el espíritu, la naturaleza, la contención y el contexto, es por ello que la política sin duda alguna está hecha de palabras.
A partir de este conocimiento, es que nace mi intención en torno a la resignificación de las palabras, porque sé, reconozco la contundencia de estas en todos nuestros actos, en nuestra salud mental; por ejemplo. Hace muchos años, alguien muy relevante en mi vida, me repitió una y otra y otra vez la siguiente frase: “un revolucionario no tiene derecho a cansarse y si se cansa no es un hombre – en este caso, una mujer- de vanguardia”; ¿Habías escuchado alguna vez esta frase?, en lo particular, me parece que aunque tal vez no la hayamos oído de forma explícita, este pensamiento nos ha arropado y se ha extendido en las estructuras de las mujeres y hombres que hoy forman parte de la vanguardia revolucionaria.
George Orwell, (que sé no es santo de la devoción de muchas de nosotras y muchos de nosotros) expresaba algo alrededor del poder de las palabras que hoy rescato, “si el pensamiento corrompe el lenguaje, el lenguaje también puede corromper el pensamiento” y lo traigo a colación, a partir de recordar esta estructura de pensamiento que nos ha compuesto en nuestro accionar, y que me trae a un contrapeso que hoy me resuena y que en medio de los más complejos desafíos hoy quiero dejarte en estas líneas, “la paciencia estratégica”, o la virtud de saber que todo cuanto hacemos trae consigo un resultado contundente, pero que solo resulta tras saber esperar.
Históricamente, el accionar de la teoría revolucionaria ha estado compuesta de la premisa “si no puedes medirlo no existe”. Con el comandante Chávez aprendimos que si no lo nombramos no existe y esto involucra la perspectiva cualitativa de hacer Revolución y es gracias a esta convicción que se desmenuza la conciencia colectiva, que hoy nos mantiene en constante formación y en actitud resiliente.
La paciencia estratégica involucra convicciones, la voluntad de hacer frente a las vicisitudes y poner la cara para confrontar aquello que hoy nos resulta incómodo, con la certeza de que el camino elegido ha sido el más acertado. Hacer Patria hasta transformar nuestros propios huesos es – como toda relación- una decisión, asumir el poder de las palabras, paciencia y estrategia es construir un sendero para habitar la verdad.
Nosotras y nosotros siempre venceremos.
¡Palabra de mujer!
CAROLYS PÉREZ
@carolyshelena
Paciencia estratégica, ¿con qué se come? | Por: Carolys Pérez
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