Este martes, 3 campesinos fueron asesinados en el departamento colombiano de Córdoba. Esta masacre es la segunda en menos de 48 horas en la localidad de San José de Uré; en donde antes ya habían sido sacudidos por la matanza de una familia en ese lugar.
Los cuerpos de los 3 campesinos fueron hallados a orillas de un camino. De acuerdo a las denuncias de activistas de derechos humanos, el crimen es atribuido al grupo de «Los Caparros»; organización delictiva que se disputa el control de la zona con los también mafiosos del «Clan del Golfo».
Adicionalmente a estos 2 sucesos sangrientos en 2 días, unas 100 familias de San José de Uré abandonaron sus casas. Este desplazamiento forzado se produce luego de recibir amenazas de muerte por parte de grupos armados ilegales en la zona.
La denuncia por estos casos de masacre y desplazamiento forzados las hizo la organización local Fundación Cordobeixa.
Colombia, un país peligroso
Con estos sucesos Colombina sigue sosteniendo su lamentable reputación de ser el país con mayor población desplazada por la violencia y por ser un territorio en que sus poblaciones vulnerables sufren el acoso y muerte de bandas criminales que se disputan el control de los territorios.
Al mismo tiempo Colombia es un país peligroso para los activistas sociales y defensores de los derechos humanos. Los líderes comunitarios sufren exterminio sistemático sin mayor protección del Estado.
Asesinan a otro excombatiente
El partido Farc denunció este martes el asesinato de otro excombatiente firmante de los acuerdos de paz de 2016. Se trató de Yoimar Jiménez, ultimado en el departamento de Antioquia.
El gobierno de Ivan Duque ha brindado una nula protección a estos combatientes desmovilizados, que es uno de los compromisos suscritos entre el Estado y las Farc para el fin del conflicto militar de más de 50 años.
