Un rumor reciclado recorre (de nuevo) las redes: el coco de la expropiación de la «propiedad privada». La orquesta de operadores psicológicos, que trafica rumores y medias verdades en el mundo de las redes sociales, sacó del armario un traje usado. Se trata del supuesto plan «Ubica tu casa».
«TE VAN A QUITAR EL YATE QUE NO TIENES»
La práctica de convertir rumores en noticias es usual en los consorcios mediáticos vinculados a la corporatocracia global, no es casualidad que cada dispositivo perturbador diseñado para crear miedo o desasosiego en la población cobre relieve a causa de la acción combinada de entidades de operación psicológica, medios corporativos y la acción desenfadada de neuróticos que se escudan en el «como me llegó lo comparto».
Hay una diferencia sustancial entre el rumor y la noticia falsa (o fake news), según Pablo Ortellado, profesor de Gestión de Políticas Públicas de la Universidad de São Paulo (USP), «en el rumor, la fuerza de persuasión procede del testigo, de alguien que está en contacto con alguna persona destacada de una institución reconocida y que tendría una información exclusiva. La noticia falsa tiene otro formato. Su fuerza de persuasión reside en que una cierta información supuestamente pasó por un filtro periodístico».
El gobierno venezolano ha anunciado el proceso preparatorio del Censo Nacional de Habitantes y Viviendas 2019 (CNHV), como parte del Sistema Geográfico Estadístico Nacional, referido en el Plan de la Patria 2019-2025, ante lo cual han difundido que los consejos comunales estarían «al acecho» de las casas de los venezolanos que migraron para invadirlas y dárselas a otras familias.
Incluso se han hecho circular imágenes por redes sociales y servicios de mensajería en las que se invita a la gente a ubicar una casa deshabitada y «tomarla»; en otras las autoridades municipales vinculadas al antichavismo intentan posicionar el rumor mediante campañas de «prevención».
«ANTE LA AMENZA DE INVASIONES Q GENERA EL PLAN UBICA TUCASA» Los vecinos y las comunidades se organizan y vemos ¡ALERTAS! como esta que hay que tomar muy en cuenta pic.twitter.com/Kz3zC8WTsG
— Sol Rojas (@sol651) May 27, 2018
La narrativa, que es reciclada de 2018, incluye fábulas montadas con personajes creados al mejor estilo de María Corina Machado, episodios conmovedores que no concluyen en la deseada expropiación sino en la continua amenaza y zozobra que, en este caso, tiene un objetivo: reanudar los espasmos de violencia callejera utilizando los urbanismos de clase media como búnkeres y trincheras.
No hubo Maidán, aunque aquella fase de la costosa «operación Guaidó» que contemplaba apropiarse y saquear los activos de la República ha avanzado con éxito notorio; sucede que el resto del plan que pretendía movilizar gente en las calles para derrocar al presidente Maduro no parece levantar cabeza.
Todos perdemos con la guerra, menos los que viven de ella, es decir, la clase económica dueña del Norte global que dirige el complejo industrial militar transnacional. Somos muchos quienes lo sabemos.
EL FENÓMENO WHATSAPP Y EL FASCISMO ATACAN DE NUEVO
Activar la confrontación calle por calle es parte importante de la ruta golpista emprendida por partidos-máscara de intereses corporativos. Para ello el Censo es una oportunidad a explotar debido a que la fase preparatoria y su implementación contempla la acción coordinada del Poder Popular expresado en los Consejos Comunales, Milicia Nacional Bolivariana, Comités Locales de Alimentación y Producción (CLAP), las Unidades de Batalla Bolívar y Chávez (UBCH) y el movimiento Somos Venezuela, entre otros.
Con esto se revive el trillado cuento de los colectivos (otrora círculos del terror, hordas, huestes del dictador…) que vienen a masacrar, saquear, robar niños y demás leyendas de El Cafetal.
Nuevamente apelan a captar descontentos y estimular el instinto básico de la «sociedad civil» a defender la propiedad que el mismo chavismo ha demostrado defender. La idea de la antipolítica, en la que juegan como pez en el agua los factores que financian el negocio de «disentir», consiste en revivir la violencia y las expresiones fascistas impuestas durante 2014 y 2017, esta vez utilizando mensajes vía WhatsApp.
No es desdeñable el poder de las redes sociales. Ya vimos cómo en Brasil se revirtió la preferencia electoral por el proyecto político de Lula Da Silva, no solo encarcelándole mediante un juicio viciado, sino mediante la venta de mensajes en masa por parte de la agencia española «Enviawhatsapps» del empresario Luis Novoa, a empresarios que le hicieron campaña al actual presidente, Jair Bolsonaro.
Un estudio del periódico Folha de S. Paulo, realizado sobre 1 mil 339 mensajes enviados por lectores, indicó que el 97% de las noticias compartidas por WhatsApp por los seguidores de Bolsonaro fueron falsas o distorsionadas, además, reveló que 6 de cada 10 electores de Bolsonaro se informaban a través de la mencionada red.
Se conoce de operadores políticos en el terreno que, ante la falta de iniciativa y proyecto, se especializan en conformar campañas que parecen carruseles en los que se pasea por temas tan disímiles como el león en la autopista Valle-Coche, el Centro Comercial Sambil de La Candelaria, la basura en las calles caraqueñas, el estado del Paseo Los Próceres, fiestas de los políticos o defender grupos violentos.
Encendida nuestra #Candelaria, mis vecinos colocan barricadas en protesta contra feroz #represión y #Constituyentefascista de @NicolasMaduro pic.twitter.com/yiCM8WDNCZ
— Carlos Julio Rojas (@CarlosJRojas13) June 6, 2017
Nada nuevo: sigue contando con amplia cobertura mediática el posicionamiento de matrices sin importar si se repiten, es parte del proceso de desgaste del imaginario político colectivo del antichavismo.
Y es que para intentar socavar las propuestas del chavismo en términos organizativos, es fundamental lograr que la gente confronte cualquier iniciativa que busque organizar información para enfrentar las fallas estructurales. Siempre reaccionando, nunca proponiendo.
Ya la campaña viralizada empezaba su declive cuando la Asamblea Nacional, en desacato, trató de darle combustible rechazando un censo cuyo método desconocen u obvian para sobrevivir en medio de otra derrota política.
#SesiónAN Intervención del Dip. @ENRIQUEMARQUEZP en torno al Proyecto de Acuerdo contra el ilegal censo de vivienda y respaldo al derecho de propiedad de los venezolanos.#01Oct https://t.co/jXY3kba4At
— Asamblea Nacional (@AsambleaVE) October 1, 2019
CADA LADRÓN JUZGA POR SU CONDICIÓN
En muchos países de la región (socios o no del Cartel de Lima), el empadronamiento no solo busca contar el número de habitantes sino obtener datos sólidos respecto a las viviendas y otros indicadores sociales, económicos y hasta ambientales.
Sobra decir que la cantidad de viviendas que el gobierno venezolano ha asegurado a la población se enfila hacia los 3 millones, además ha derrotado políticamente a los promotores de la estafa inmobiliaria y de la expropiación programada mediante las cuotas balón.
También hay que decir que, luego de obtener la mayoría en las elecciones parlamentarias de 2015, líderes políticos de Voluntad Popular y Primero Justicia se activaron en el Proyecto de Ley de Otorgamiento de Títulos de Propiedad a Beneficiarios de la Gran Misión Vivienda Venezuela que terminaría beneficiando a grandes firmas inmobiliarias (nacionales y extranjeras), bancos y empresas intermediarias.
Estos intereses así representados buscaban que los enormes créditos hipotecarios que asumiera el comprador, se tradujeran en elevadas ganancias en el mercado secundario a partir de una mercancía que tiene tiempo de haber sido construida y que tenderá siempre a subir de precio.
Los terrenos en los que están construidos buena parte de los urbanismos de la Gran Misión Vivienda Venezuela siguen siendo apetecibles para esta constelación de intereses inmobiliarios de los que forman parte las familias de Henrique Capriles Radonski y Leopoldo López.
Muchos de los sectores económicos que han migrado a España o Estados Unidos obtuvieron jugosas ganancias en Venezuela mientras gritaban que estaban siendo expropiados por «el régimen», hoy forman parte del entramado perverso que provoca desahucios y suicidios en familias trabajadoras de esos países mientras disfrutan de la buena vida.
¿VIENE EL CENSO O EL COCO?
En julio del pasado año, Ricardo Menéndez, vicepresidente de Planificación, informó que el XV Censo Nacional de Población y Vivienda en Venezuela que había sido programado para 2020, sería adelantado para 2019 para «hacer seguimiento a sectores como el económico», agregando que se impulsaría la actualización de las bases cartográficas de los grandes centros poblados de Venezuela.
En algunas localidades como Caracas ya se iniciaron las pruebas piloto de la captura digital de datos hacia el Censo de Población y Vivienda como plataforma de información del Sistema Estadístico y Geográfico Nacional. En septiembre el mismo Menéndez informó que el Censo consistiría en dos fases:
1. Levantamiento de la información inmobiliaria que consta de casas, locales y comercios en el que se contabilizarán los inmuebles existentes en el territorio nacional, bien sean hogares, comercios o locales, a los cuales se les colocará la Cédula Inmobiliaria, una etiqueta con un código QR que contendrá información útil hasta para las facturas de los servicios de electricidad, agua, gas y teléfono.
2. Empadronamiento familiar en el que los ciudadanos podrán acceder a un sistema en línea para colocar los datos familiares, información que será levantada por los empadronadores mediante un «casa por casa», quienes además escanearán el código QR de la vivienda y automáticamente tendrán la información que «será secreta y servirá solo para usos estadísticos del Estado», declaró Menéndez.
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Cuentos de camino han impregnado de zozobra al antichavismo estándar, sus sectores más intoxicados siguen adictos al odio y reproducen todo dispositivo así pongan a sufrir a su propia gente con humo, miedo o desinformación. Ha pasado mucho tiempo desde el «Con mis hijos no te metas» o los planes de preparar palanganas de aceite caliente para lanzarlo a las «hordas chavistas» desde las azoteas.
El supuesto Plan «Ubica tu casa» es sólo un capítulo continuado de la misma operación psicológica que durante décadas ha traumado y envilecido a un sector de la población venezolana.
Artículo de Eder Peña, publicado en misionverdad.com