El presidente de Estados Unidos (EE.UU.), Donald Trump, firmó este 16 de junio un decreto para reformar la Policía de EE.UU. El decreto incluye una prohibición de técnicas de estrangulamiento como método de inmovilización, a menos que «la vida de un oficial de policía esté en peligro».
Precisamente la técnica, desde hoy «restringida», fue utilizada el pasado 25 de mayo por el expolicía Derek Chauvin, quien asesinó por asfixia al afroamericano George Floyd, lo que desató las protestas en varias ciudades del país.
Se trata de un decreto para establecer un sistema de certificación nacional de las agencias de orden público y busca proporcionar incentivos financieros a aquellos departamentos policiales que mejoren su formación y estándares sobre el uso de la fuerza, una reforma que dista de lo que piden los activistas en las protestas.
«Estos estándares (para el comportamiento de los policías) serán tan altos y fuertes como sea posible en la Tierra», dijo Trump a la prensa, poco antes de firmar la orden ejecutiva en el patio de la Casa Blanca.
El mandatario estadounidense quiere una base de datos para rastrear mejor el uso excesivo de la fuerza pero hasta ahora no ha abordado de manera integral y firme los problemas de la reforma policial o incluso reconocer el racismo existente en EE.UU. Por otra parte, el presidente tampoco ha estado muy involucrado en la redacción del decreto.
La medida llega en la cuarta semana de protestas por la violencia policial y el racismo contra los afroamericanos en EE.UU. y en medio de fuertes críticas a Trump por su rechazo a ese movimiento.
