Docenas de reporteros entregaron sus credenciales de acceso y salieron del Pentágono el miércoles, en lugar de aceptar las restricciones impuestas por el gobierno a su trabajo, alejando aún más a los periodistas que cubren a las fuerzas armadas de Estados Unidos de la sede del poder.
El gobierno federal ha calificado las nuevas reglas como “de sentido común”.
Los medios de comunicación rechazaron de manera casi unánime las nuevas reglas impuestas por el secretario de Defensa, Pete Hegseth, las cuales dejarían a los periodistas vulnerables a ser expulsados por intentar reportar información —clasificada o no— que no haya sido aprobada por Hegseth para su divulgación.
Muchos de los reporteros esperaron para salir juntos a las 4 de la tarde, la hora límite establecida por el Departamento de Defensa para abandonar el edificio. A medida que se acercaba la hora, cajas de documentos se alineaban en un pasillo del Pentágono y los reporteros llevaban sillas, una fotocopiadora, libros y fotos antiguas hacia el estacionamiento desde sus espacios de trabajo. Poco después de las 4, entre 40 y 50 periodistas salieron del lugar tras entregar sus credenciales.
“Es triste, pero también estoy realmente orgullosa de que el cuerpo de prensa se mantuvo unido”, comentó Nancy Youssef, reportera de The Atlantic que ha tenido un escritorio en el Pentágono desde 2007. Llevaba un mapa de Oriente Medio hacia su coche.