Nuestra carta democrática a Europa | Por: David Gómez Rodríguez
Cuando se habla de Venezuela en el terreno internacional parece existir una elección permanente entre la democracia y la ignominia, es el gran dilema en materia política para aquellos que teniendo la responsabilidad de garantizar en los sistemas políticos los más altos estándares de institucionalidad, se comprometen con posiciones ideológicas arcaicas y además ceden ante las presiones de la Casa Blanca, institución que cada día parece alejarse más de la democracia, evidencia de esto es el actual debate de Trump y Biden en torno a Maduro, los candidatos, por ganar el estado de Florida, compiten discutiendo quién será más competente impulsando la injerencia y promoviendo un golpe de Estado en un país soberano como Venezuela.
Por ejemplo, en su última entrevista, Joe Biden ataca a Trump diciendo que su política respecto a Venezuela ha sido un “fracaso abyecto”. Sin embargo, asegura que “Cuba, junto a Rusia y China han contribuido al estancamiento político en Venezuela”. Resulta contradictorio escuchar como un candidato presidencial de EE.UU. hace propuestas en torno al derrocamiento de un jefe de Estado mientras acusa a otros países de la crisis política del país al que pretende imponer un presidente a fuerza de presión,
Una política poco diplomática que viola de manera permanente el derecho internacional ha marcado la pauta en las relaciones con Venezuela en los últimos años, esto se agudizó cuando Guaidó inició una aventura antidemocrática con apoyo del actual gobierno de EE.UU., el cual termina enrolando a otros Estados e instituciones en un proyecto que pudiese constituir una de los espectáculos más bochornosos de la historia de la democracia y uno de los fracasos más escandalosos de la política internacional norteamericana y europea, ya que después de sanciones ilegales, llamados a la insurrección militar, intentos de golpes de Estado y ataques constantes a la economía venezolana, la oposición apoyada por los sectores más reaccionarios de la política mundial no tiene más que la vergüenza de su propia ineficiencia y el duelo de su unidad ahogada.
Hoy Guaidó no es más que un fantasma, Capriles se levantó de las cenizas para hacer negociaciones a través del gobierno turco, María Corina Machado le da un ultimátum al mamotreto que llaman “gobierno interino” y Henri Falcón tiene covid-19. Lo peor es que parecen inmunes a la vergüenza.
Nuestra carta democrática a Europa | Por: David Gómez Rodríguez
Los Estado democráticos y las instituciones internacionales frente a esta situación deben iniciar una nueva etapa, que reivindique el diálogo y las vías políticas por medio de las cuales la democracia tenga garantías internas y externas que permitan recuperar las relaciones de confianza y así comenzar a construir vías en donde los venezolanos podamos resolver de forma soberana y libre nuevas controversias políticas. Es momento de apostar nuevamente a la democracia y aceptar que el ataque político y el bloqueo económico no han hecho más que golpear de manera cruel al pueblo venezolano sin resolver ningún problema relacionado con la institucionalidad, los derechos humanos y la democracia en Venezuela.
El indulto presidencial a 110 presos y acusados que la oposición venezolana califica de “políticos” constituye un paso importante en la construcción de un clima de confianza necesaria para celebrar las elecciones venideras (pautadas para el 6 de diciembre) y obliga a todos los sectores a plantear posturas, es especial en el escenario, los diferentes sectores deben posicionarse, pueden elegir la democracia o continuar con la agresión y la ignominia.
Este es el debate que se da en este momento en Europa a propósito de la carta enviada por el Canciller Jorge Arreaza a Josep Borrell, jefe de la diplomacia europea. “La confirmación de su participación en este proceso contribuirá favorablemente al clima de entendimiento democrático entre venezolanos y constituirá un respaldo europeo a los medios políticos, pacíficos y negociados que deben prevalecer para la resolución de las controversias existentes”, reza en sus últimas líneas la misiva enviada.
DAVID GÓMEZ RODRÍGUEZ
Nuestra carta democrática a Europa | Por: David Gómez Rodríguez
