Si bien el diálogo en México dio buenos resultados iniciales, tal vez le toque a la derecha un diálogo interno. La directiva de la MUD, entendida como tarjeta electoral o como partido, renunció. ¿La razón? La indecisión o ambigüedad de los partidos de derecha sobre las venideras elecciones, lo cual podría explicar las derrotas sucesivas, que nada tienen que ver el sistema electoral o las garantías electorales, sino con la desorganización y la disociación.
Negación, disociación y odio
Por otro lado, un sector radical, minúsculo, pero capaces de hacer mucho ruido, han atacado a Datanálisis y a su presidente, por el resultado de una de sus encuestas que dio como resultado que el 50% de los consultados considera que su vida mejoró respecto a años recientes.
Su molestia, supuestamente, es porque el resultado no refleja la realidad, pero en realidad eso no les molesta. Lo que realmente les molesta es la sola posibilidad de que este pueblo esté mejorando sus condiciones y superando adversidades. Disfrutan y se regodean en el sufrimiento ajeno y disfrutan la desgracia, muchas veces desde la distancia y rodeados de comodidades.
Otra vez Colombia
Ante todo este desbarajuste, Colombia vuelve al rescate. Esta vez, el gobierno colombiano inventa una intervención de su territorio para reforzar la idea de que Venezuela es un Estado fallido.
Mientras, en su suelo un gobernador abandonó el país por un inminente plan para asesinarlo por parte de paramilitares. Como de costumbre, la noticia apenas fue reseñada por los medios y la gran mayoría omitió un pequeño detalle: el gobernador amenazado responsabilizó a Duque y a Uribe si los paramilitares atentan contra su vida.
Entonces el gobernador electo debe abandonar el país porque son incapaces de garantizarle la seguridad. ¿Cuál es el estado fallido? Estados fallidos son los que quedan después de la “intervención salvadora gringa”; Estado fallido ese en el que huyen los gobernadores por las amenazas de los paramilitares.