Con el auge de las redes sociales como herramienta de comunicación y acción política en los últimos años, surge la importancia de actualizar los instrumentos legales que establecen alguna normativa en la materia, como es el caso de la “Ley Resorte”.
Por esta razón, el vicepresidente sectorial de Comunicación, Cultura y Turismo, Freddy Ñáñez, se refirió en el programa televisivo Análisis Situacional, a la pertinencia de avanzar en modificaciones que permitan garantizar los derechos como la libertad de expresión y acceso a la información.
“Es una opinión que tengo como sujeto político y como ministro, la necesidad de actualizar la Ley de Responsabilidad Social de Radio, Televisión y Medios Electrónicos; para pensar el tema de las redes y los medios de comunicación”, dijo.
Asimismo, comentó que las condiciones comunicacionales cambiaron, por lo que aspectos como la soberanía en el espacio aéreo prácticamente fue desplazado por el ámbito del ciberespacio, como terreno en el cual se libran amenazas y nuevas guerras.
También explicó cómo las grandes firmas que controlan las redes sociales constituyen gobiernos supranacionales que usan el espectro público; para posicionar las reglas de su corporación, como si se tratara de «letras chicas» que van cambiando y se van adaptando.
Lo que está en juego
El artículo 2 de la Ley Resorte expresa que “la interpretación y aplicación de esta Ley está sujeta, sin perjuicio de los demás principios constitucionales a los siguientes principios: libre expresión de ideas, opiniones y pensamientos; comunicación libre y plural; prohibición de censura previa; responsabilidad ulterior; democratización; participación; solidaridad y responsabilidad social; soberanía; seguridad de la Nación y libre competencia”.
En ese línea, Freddy Ñáñez advirtió que ciertamente plataformas como Instagram y Facebook, por ejemplo, roban los datos de usuarias y usuarios para usarlos a otros fines que promueven el consumo a favor de grandes corporaciones comerciales.
“Ya nadie puede tener vida íntima. Eso que prometía el liberalismo, el capitalismo sobre la intimidad y las libertades individuales se acabó, por la vía de ese totalitarismo digital, que dice el presidente Nicolás Maduro”, manifestó.
Por tal motivo dijo que la discusión de la denominada Ley Resorte tiene que ver con la responsabilidad que tiene el estado de formar sujetos críticos frente a los fenómenos comunicacionales actuales y del futuro. “Qué vendrá con la inteligencia artificial, qué vendrá después del dataísmo, que es la nueva ideología”, se preguntó Ñáñez.
¿Qué se espera en Venezuela?
El vicepresidente de Comunicación, Cultura y Turismo, puntualizó que Venezuela es el país donde se han aplicado, no sólo las tesis goebelianas de la propaganda. Sino que se ha aplicado el poder de los medios de comunicación en confrontación directa y abierta contra las instituciones del Estado.
En tal sentido, comentó que nunca antes sucedió que los medios de comunicación participaran en un golpe de Estado y se abrogan el trabajo de los partidos, hasta convertirse ellos mismos en los actores políticos principales.
Recordó Freddy Ñáñez que, sobre la experiencia que vivió el país con el golpe de Estado de abril de 2002; fue necesario legislar para crear la Ley Resorte. La cual fue satanizada por la dirigencia política de oposición, desde donde la catalogaron de “Ley Mordaza”.
“En Venezuela, que tenemos una experiencia legislando sobre el tema de la comunicación. Después de la Ley de Responsabilidad Social en Radio y Televisión no hubo mordaza ni hubo desventaja para que las voces plurales se pudieran manifestar”, señaló.
Por otra parte, colocó el ejemplo de Australia, Alemania, Francia y Rusia, por ejemplo. En esos países las autoridades también tuvieron que comenzar a establecer legislación acerca de hechos acontecidos recientemente. En todos los casos la referencia fue la influencia de las redes sociales y su impacto en la democracia.
De igual forma, trajo a colación el debate sobre la factibilidad de que exista realmente libertad política, de expresión o personal; mientras que los datos personales se utilicen para el espionaje por vía de la propaganda y del consumismo. Como lo hacen las plataformas de redes sociales.