Luisa Cáceres de Arismendi, patriota hasta las últimas consecuencias. Corrió la suerte de caer en las redes de la tiranía pero no fue vencida. Su voz jamás salió para jurar lealtad a la corona como intentaron forzarlo aplicando torturas a su cuerpo que albergaba vida.
Fue detenida en 1814 para obligar a Juan Arismendi, luchador patriota y su compañero, a rendirse a la causa de la independencia a través de la crueldad de apresarla en el Castillo de Santa Rosa y maltratarla en momentos en que esperaba el nacimiento de su bebé.
Su niña no soportó tanto dolor y murió al momento de nacer. Aún así, esta patriota nacida en Caracas en 1799 se negó a traicionar la causa de Bolívar que fue su propia causa, la de su padre y hermano, ambos asesinados y la de su compañero de vida Juan Bautista Arismendi, luchador del ejército patriota; razón por la que fue enviada a otros calabozos y finalmente a España de donde al tiempo logró huir hacia Margarita.
Allí fue recibida con honores por el pueblo que la reconoció como una patriota ejemplar. Luisa Cáceres de Arismendi es la primera mujer cuyos restos llegaron al Panteón Nacional, al lado de los grandes libertadores y libertadoras de la tierra venezolana. Hoy se conmemoran 154 años de su partida.
