Más que usar un pañuelo violeta o verde en el cuello, recordar a Las Hermanas Mirabal de República Dominicana, pintar una pancarta con un mensaje contra la violencia machista o compartir un video viral en las redes, donde un grupo de mujeres denuncia abusos y violaciones con una canción porque es tendencia, más que eso, es algo real, tangible, lamentable, los femicidios existen y lo peor… aumentan cada día.
En el continente americano las cifras de casos de femicidios son alarmantes.
- Al menos 3529 mujeres fueron asesinadas en el 2018 por razones de género en 25 países de América Latina y el Caribe.
- En Venezuela en 2019, se registraron al menos 1180 casos de abuso sexual y el número de muertes asciende, a pesar de que existen documentos legales que deberían proteger a la mujer ante cualquier acto de violencia. Las mujeres siguen siendo asesinadas y maltratadas por el hecho de ser mujeres.
- En lo que va de 2020, han ocurrido 8 femicidios en el país, prácticamente 1 diario, incluyendo la violación y asesinato de una niña de 9 años en el estado Mérida, según informó el director del Movimiento “SOMOS”, Jau Ramírez la primera semana del año. También se han denunciado desapariciones de adolescentes y otros casos más. Sigue en aumento vertiginosamente.
- En este sentido, el Ministerio Público ha registrado 554 causas de feminicidios en los últimos dos años.
Existe una resolución de la Asamblea de Naciones Unidas (ONU) que declaró hace 21 años, el 25 de noviembre, como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. En esta fecha, se realizan campañas mediáticas para sensibilizar a la opinión pública en relación al maltrato femenino, pero ¿luego qué? ¿Existe una real concientización con respecto al tema? ¿Se han agotado las vías para educar a nuestras sociedades sobre el femicidio?
La ONU hace poco publicó un informe donde se indica que más del 58% del asesinato de mujeres, proviene de las agresiones de sus parejas, exparejas o familiares masculinos. Además la tasa de homicidios de parejas íntimas es cinco veces mayor que la tasa masculina, lo que indica este informe es que el problema radica en casa. El documento identifica los factores que aumentan las cifras de homicidios y los reduce a la pobreza, el desempleo y el bajo nivel educativo. Los casos y motivos van mucho más allá de estos patrones y estratos sociales.
A pesar de que la mayoría de los países latinoamericanos, han adoptado una legislación que tipifica como delito penal el femicidio en sus códigos penales, no ha habido indicios de una disminución en femicidios de mujeres y niñas, por lo que las alarmas permanecen encendidas. Los países del Triángulo Norte de Centroamérica, Bolivia y la República Dominicana registraron las tasas más altas de feminicidios de la región, según datos de la CEPAL este año, El Salvador, Honduras, Guatemala, la República Dominicana, Bolivia, México, Perú, Colombia, Brasil y ahora Venezuela figuran entre los países que registran más crímenes de este tipo.
Mundialmente, organizaciones feministas y defensoras de derechos humanos han intensificado campañas para promover la denuncia oportuna ante cualquier maltrato, ya sea verbal, psicológico o físico para así evitar tragedias. Asimismo, exigen la implementación de políticas educativas en pro del respeto e igualdad de condiciones, deberes y derechos.