Sin duda alguna, uno de los logros más significativo del Chavismo, ha sido la creciente identificación de los sectores populares con su proyecto, y con ello la instauración de las organizaciones sociales y comunitarias en el imaginario colectivo, como instrumento para la resolución de problemas comunes.
Situación, que desde hace años ha provocado el interés de la oposición en criminalizar dichas instancias, por un lado para deslegitimar al chavismo en los territorios y por otro lado para hacer ver sus acciones violentas, como actos de “legítima defensa”, acciones ya ensayadas contra los Círculos Bolivarianos en el año 2002 y los con los Consejos comunales/Comunas en el año 2006, que sirvieron de cortina a sus agendas golpistas.
En este sentido, y en medio del declive de la figura del presidente auto proclamado Juan Guaidó, han decidido enfilar toda su artillería mediática contra “los colectivos”, a quienes les han construido la figura de “mercenarios de régimen”, sobre los que no reza ninguna prueba o denuncia formal, mas allá de acusaciones amarillistas, como estas:
Esto evidencia al mundo que los Estados Unidos tienen razón:
⛔Maduro no es un gobierno es una Organización Criminal Transnacional.
⛔Los colectivos son Organizaciones Terroristas armadas.
⛔Que la FANB no protege a los Venezuela.Esto ayuda para la activar la R2P. pic.twitter.com/tPux8CfnS9
— Maihen (@MaihenH) April 7, 2019
A las que el propio ministro de la defensa ha salido al paso, ratificando el compromiso de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, en el trabajo junto al pueblo para el mantenimiento de la paz y la lucha contra cualquier grupo que actue al margen de la ley.
Aclaración necesaria
Empezaremos por decir que la palabra proviene del latìn collectivus, refiriéndose a todo lo que pertenece o es relativo o un grupo de individuos. Hablamos entonces, de una organización social, donde sus miembros comparten intereses y trabajan en unidad para lograr un objetivo. Quiere decir que un colectivo puede ser cualquier agrupación de personas, lo que coloca las acusaciones en un umbral abstracto y claramente segregacionista, de un sector de la población que se identifica con el gobierno de Nicolás Maduro, y que preocupantemente apuesta a la confrontación y a la disminución del protagonismo popular.