El duelo por el llamado «cierre de RCTV» es una bandera que han ondeado algunos sectores de la oposición venezolana, para alimentar la matriz de que en el país no hay libertad de expresión. Este miércoles, difundieron una entrevista en la que el periodista, abiertamente antichavista, Manuel Sáinz, acabaría con ese llantén.
Lo curioso, es que siempre, todos aquellos quienes adversan el proceso revolucionario que vive el país, han tenido la libertad de expresar sus opiniones al respecto; siempre en diversos espacios mediáticos.
En casi 40 min de entrevista, sí, el mismo periodista que desde otro canal juzgó sin pruebas y condenó al pueblo que se defendía de la masacre ocurrida en el puente Llaguno en el 2002; reveló algunas verdades sobre el mal llamado «cierre» de RCTV.
Según Sáinz, «RCTV no solicitó la renovación de la concesión, un acuerdo amparado que databa de la década de los 80 con Jaime Lusinchi». Estas declaraciones desmontarían todo el argumento de la godarria venezolana; la misma que todavía llora el cese de la concesión de este canal que se prestó para dar un golpe de Estado y alimentar la violencia desde sus pantallas.
El tiempo habla y con la voz que menos esperas… pic.twitter.com/VzW6rp1C6a
— @ℝ𝕒𝕗𝕒𝕖𝕝𝕚𝕥𝕒₈₂ (@Rafaelita82) August 16, 2023
Más verdades
Otro de los datos que agregó el también profesor universitario, resultó ser que este acuerdo con el expresidente Lusinchi se hizo «para que entrara Televen» y extendió la concesión de Radio Caracas por 20 años; la cual posteriormente «se renovaría automáticamente cada 20 años». Sin embargo, la creación de la Ley de Telecomunicaciones cambiaría este acuerdo; «RCTV y su departamento jurídico por una cuestión que ellos asumían que era el deber ser, pues no solicitaron la renovación», dijo.
Para rematar y dejar caer la careta dramática de este canal, Sáinz comentó que «fue un acto de soberbia de tal magnitud, que ellos agarran y empiezan a salir por internet, mejor dicho por satélite, con RCTV Internacional y no solicitaron el permiso».
El 27 de mayo del 2007 se venció la concesión de un canal que no solo conspiró contra la paz del país, dividió pantalla, tergiversó declaraciones y sacó de contexto imágenes para forzar una matriz de opinión. Además, desconoció a las autoridades, poderes y leyes, manipuló la información real de lo que ocurría en las calles y por ende forma parte del oprobio del periodismo venezolano para la historia.
El profesor Sáinz solo desempolvó lo que ya el pueblo había descifrado hace tiempo, las grandes mentiras que incrustaron desde un canal manejado por los intereses de sus dueños, aquellos que salivaban con sus aspiraciones políticas y que nunca llegaron (ni llegarán) a consolidarse.