La quema de Judas | Por Alí Rojas Olaya

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En Nuestra América y España el pueblo suele quemar, entre vítores y alegrías, cada Domingo de Resurrección, en Semana Santa, un monigote que representa a Judas Iscariote por su traición a Cristo. Se trata de un acto de justicia popular en el que el pueblo expresa sus quejas y descontentos con relación a los acontecimientos políticos y comportamiento de figuras públicas y algunos funcionarios del Estado.

El Judas de El Cementerio, de la parroquia caraqueña de Santa Rosalía, cumplirá 81 años el domingo 9 de abril de 2023. Se trata de una de las festividades culturales más arraigadas en esta zona del sur capitalino que nació en la calle Los Alpes el 5 de abril de 1942 por iniciativa del cultor Blas Ramón Loaiza Torres, padre de Juan Loaiza quien, desde la muerte del fundador, asumió las riendas de esta tradición, pero en la avenida Los Cármenes. Obviamente, este año Judas será un corrupto. ¿Quién? Desde Francisco de Paula Santander hasta Hugo Cabezas Bracamonte hay muchos. Puede ser Juan Guaidó, Julio Borges, Antonio Ledezma, Leopoldo López, Hugbel Roa, Luis Miquilena, Rafael Ramírez, Clíver Alcalá Cordones, Jacob Grey, Jackeline Perico, Johana Torres Ojeda o los empresarios Roberto Enrique y Guillermo Andrés Benzecri Izaguirre.

Lo importante es comprender que ante este golpe de Estado ético que varios judas enquistados en el poder querían asestar a la Revolución Bolivariana a través del saqueo financiero, el pueblo recobre poco a poco el decoro porque moral y luces siguen siendo nuestras primeras necesidades. Presidente Maduro, mientras el pueblo en su honestidad infinita, en su fe inquebrantable se viste de morado para visitar el Nazareno de San Pablo y quema al traidor Judas, usted siga combatiendo la corrupción. Hay que ponerle los ganchos a los corruptos, ¡caiga quien caiga!, como usted señala. Robar el erario en medio de medidas coercitivas unilaterales es una intemperancia.

El pueblo honesto, de a pie, sabe de las fiestas en el hotel Humboldt con cuentas que pasan los $15000, el pueblo decente recrimina que un ministro haya convertido el último piso del edificio donde despachaba en un burdel.

Presidente obrero, somos más los honestos que los ladrones. Tengamos presente aquellas sabias lecciones que nuestro Padre de la Patria nos señala en el Discurso de Angostura el 15 de febrero de 1819: “la felicidad consiste en la práctica de la virtud”, el pueblo de Venezuela “no se contenta con ser libre y fuerte, sino que quiere ser virtuoso”. Llegó la hora de quemar a quienes se siguen vendiendo por 30 denarios.

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