Acostumbrado a estar en la cabeza de las tablas de posiciones en eliminatorias de fútbol, Brasil sorprende al mundo con las lastimosas cifras que ahora lo ponen a la vanguardia del coronavirus en América, con más de 22 mil 300 personas infectadas y más de mil 200 muertos.
Mientras que el ministerio de salud expresa las cifras oficiales, los partidos políticos opositores como el Partido de los Trabajadores (PT) han alertado que las cifras de contagios y fallecidos son alarmantemente más abultadas, pero que producto del descontrol e inacción del gobierno de Jair Bolsonaro esas cifras reales no existen. También la tasa de mortalidad es una de las más altas del mundo situada en 5%.
El pueblo brasileño se defiende solo ante la pandemia del coronavirus, que azota sus ciudades, pueblos y caseríos. El presidente Jair Bolsonaro, se ha paseado por las calles como si nada pasara, ganándose unos cuantos: “Fuera Bolsonaro” y “váyase a casa” de ciudadanos, el llamado de atención de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el rechazo de los gobiernos de la región por la forma tan soez e irresponsable para el tratamiento de la crisis. Lo que ha llevado a muchos a afirmar que el peor mal de Brasil no es el coronavirus sino su gobierno.
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