La victoria del MAS y Luis Arce en Bolivia no es un resultado electoral ordinario. Ese evento es una lección que sacude más allá de los asuntos domésticos del país sudamericano sometido todavía a una dictadura.
Para Evo Morales, el triunfo popular en los comicios generales del 18 de octubre repercute en el tablero geopolítico, porque vuelve a colocar al país donde estaba antes del golpe de estado: en la acera de la integración latinoamericana y el programa político progresista.
Las gestiones del régimen de Áñez, devolvió a Bolivia al plano de una subordinación histórica a Washington; una situación que por histórica no significa que haya sido de provecho para ese país.
Al mismo tiempo el triunfo electoral del MAS en Bolivia fortalece al campo popular latinoamericano, el cual ha sufrido un retroceso importante en los últimos años con el arribo de gobiernos conservadores, los cuales desde el poder persiguen a los progresistas y desmontan las conquistas alcanzadas por estos con el argumento de que fueron gestiones populistas.
La unidad es fundamental
Para Evo, lo que pasó Bolivia es una lección que nos revela que el triunfo popular solo será posible unidos; y que democráticamente se puede salir de una dictadura, como pasó con la elección del 18 de octubre.
Así como pasó en Bolivia, el expresidente confía que pase igual en otros pueblos de la región. En entrevista con Ernesto Villegas le dijo que: “tengo esperanza de que otros pueblos de sudamérica se liberen democráticamente para restablecer o restituir Unasur; no estamos lejos, es cuestión de tiempo”.
Con el ciclo conservador en los gobiernos de América Latina, los mandatarios de derecha desmontaron los instrumentos de integración como Unasur; un servicio que más que un interés particular, se parece al trabajo encargada por el Departamento de Estado de EE.UU. para volver a controlar la región.
Evo Morales confía en que el ejemplo potente de Bolivia sirva para marcar el nuevo comienzo de una época que vivió la región, en la que los progresistas no solo consiguieron mayores índices de prosperidad, sino también mayor autonomía diplomática.