El supuesto fin de la historia decretado luego del término de la Guerra Fría, donde los Estados Unidos (EE.UU.) y la Unión Soviética (Hoy Rusia) se enfrentaron indirectamente por el control político y económico mundial, no pudo ser más errada. Los mismos «ganadores» de la II Guerra Mundial y principales negociadores de los territorios liberados del nazismo, libran hoy nuevas disputas de poder, cuyos focos principales se centran en el mundo árabe y Venezuela.
Hoy en día la potencia norteamericana reclama el control de lo que ellos llaman “su patio trasero”, perdido desde la llegada del Comandante Hugo Chávez al poder, que ocasionó un vuelco político en la región, donde los pueblos comenzaron a elegir gobiernos de izquierda o progresistas, permitiendo el acercamiento de Rusia a los países latinoamericanos.
En el caso venezolano, EE.UU. ha colocado en duda su efectividad estratégica, al no poder menoscabar el liderazgo del Presidente Chávez y actualmente por no poder deponer a Nicolás Maduro, a pesar de la arremetida feroz por intermedio de las sanciones económicas y políticas que buscan presionar al pueblo. Situación que contrasta con la posición de Rusia, que en los últimos 20 años ha aumentado el apoyo político y económico a la nación sudamericana, desarrollando un plan de inversión, acuerdos económicos y apoyo diplomático en todos los organismos multilaterales.
Veamos algunos datos:
Según el portal Sputnik News, en el año 2019 se previó el suministro a Venezuela de 600.00 toneladas de cereales, mientras que la inversión minera alcanzó unos 1.000 millones de dólares, el apoyo militar también fue en aumento, siendo Venezuela el país con más tecnología rusa en el continente. El gobierno de Vladimir Putin ha manifestado en distintos espacios que la relación con Venezuela no sólo es importante sino que es estratégica para los intereses del gigante euroasiático.
Por su parte el Correo del Orinoco destacó en 2019 que Rusia cuenta con “grandes proyectos en el área energética, con inversiones por el orden de los 4.000 millones de dólares, así como un crecimiento de 10% en el intercambio comercial en el área agrícola”.
Por otro lado, The Wall Street Journal publicó un artículo que habla sobre la derrota propinada a Donald Trump por parte de Vladimir Putin en Venezuela, luego que la estrategia de la Casa Blanca de montar un “gobierno interino” fracasara de forma estrepitosa.
La caída dramática de la oposición venezolana, vino acompañada del aumento del apoyo popular al gobierno de Nicolás Maduro, quien ha logrado mejoras en la economía nacional y ha reaccionado positivamente ante las sanciones de Trump, mientras Rusia sigue haciendo presión diplomática para levantar el bloqueo contra Venezuela.