Arranca la segunda mitad del 2021 con el tema de la pandemia aún presente, con más vacunas, con más variantes pero con más fe de que el escenario no es el peor. Las sociedades van adaptándose a las nuevas normalidades que se desarrollan en cada país. Cuarentenas que se levantan, tapabocas que se quitan y la proliferación de uno que otro emprendimiento, que ya sea por moda o por esperanzas, señala que todo puede mejorar. ¿Será que la chicha que venden en Sabana Grande salvará la economía de Venezuela?
Crea fama…
Recientemente ha ganado fama un puesto que vende chicha en el boulevard de Sabana Grande en Caracas. Se ha ganado su popularidad ya que ofrece gran variedad de toppings y sabores adicionales que adornan la bebida tradicional hecha a base de arroz. Largas filas de hasta 100 personas se logran ver para comprarlas y sus precios oscilan entre 1 y 2 dólares. Bajo el nombre de «Chicha Nostra» han ubicado varios puestos entre Plaza Venezuela y Chacaíto.
AUNQUE USTED NO LO CREA:
El puesto de chicha de Sábana Grande, logra atraer más personas que en cualquier convocatoria que realiza. Guaido, María Corina, o cualquier otro dirigente de la derecha fascista venezolana.
? pic.twitter.com/H14pn1vZQ3— La derecha no solo te hace esclavo, te hace idiota (@Anibal56940122) July 2, 2021
El bloguero con más de 100 mil seguidores en su cuenta de Instagram, Ances Díaz, ha estado realizando pequeños reportajes donde evidencia las realidades de Caracas y otras ciudades. Sus contrastes y colores, resaltando lo positivo de nuestra gente y haciéndole promoción a quienes decidieron emprender en el ámbito culinario. Empanadas, hamburguesas, pepitos, perros calientes y chichas; han sido los protagonistas de sus más recientes publicaciones.
El debate
Los comentarios a estos post en las redes sociales se han llenado de críticas y se ha desatado un debate sobre la economía nacional y de cómo este tipo de emprendimientos pudieran estar mejorando la situación actual en medio de un bloqueo y con sanciones unilaterales sobre el país.
Bifurcan las conversaciones al respecto entre los que apoyan las iniciativas de esta índole como una respuesta a los embates de la economía y como las alternativas que evidencian el ímpetu del venezolano que se crece ante las adversidades. Generando oportunidades de trabajo y un ingreso en divisas que pueda ayudar a varias familias.
Se enfrentan a los que piensan que esto no puede ser la solución al problema económico actual y que seguramente vinculan al gobierno y sale a relucir la palabra «enchufado» en algún mensaje. Además, están los que rechazan el concepto simplificado del hecho real de la liquidez que existe en la calle, pero que no se traduce en que «ya no hay crisis».
Alto Pastel
Entre los cientos de pequeños negocios que han aparecido en estos tiempos en la ciudad capital, resalta Alto Pastel. Un proyecto familiar de venta de pastelitos, con diversidad de rellenos y varias opciones de compra. Manejado principalmente por Ángel Humberto Márquez, quien comentó a RedRadioVe que esta nueva ola, «le ha dado dinamismo a una economía ya golpeada por la realidad que todos conocemos. Uno lo percibe en la calle cuando toca reponer mercancía, pues los negocios que sirven de distribuidores de productos al mayor se ven abarrotados, hay mayor liquidez».
Sin embargo, reconoce que el tema económico nacional, es amplio y complejo y asegura que «si bien creo que es un exabrupto decir que la economía venezolana está bien porque hay una fila de 200 personas para comprar chicha a $2. También hay que valorar el hecho de que hay liquidez en la calle; y esa liquidez permite obtener cosas que quizás hace 3 años no te hubieras permitido, entre eso, algunas comidas o servicios no indispensables».
«En mi caso particular empezó más como un resuelve y no desde el desespero. Tenía un trabajo estable donde si bien no ganaba mal en comparación a otras personas, no cubría los gastos familiares completamente. Creo que en la gran mayoría de los casos que conozco los «emprendimientos» han surgido del resuelve, pero no dudo que haya casos dónde el desespero te lleve a lanzarte a este mundo»; comentó Márquez.
Por último, este joven que cocina «pasteles serios», destacó que «hay quienes pretenden cuestionarlo bajo el argumento ridículo de «Ayyy, muy revolucionario pero cobras en dólares», pero si voy a reponer mercancía lamentablemente es en dólares el precio que voy a pagar. Más allá de si es en dólares, en Rublos o yuanes, el problema está en que debemos rescatar la fortaleza de nuestra moneda nacional. Es hacia allá donde debemos empujar todas y todos, desde cualquier sector donde estemos trabajando».
Dale la vuelta
Por su parte, Ana Rosa Ocando, periodista y abogada venezolana, está al frente de dalelavuelta.tv y se encarga de brindar herramientas a quienes decidan emprender proyectos; asesorando y guiando para que alcancen el éxito. Sostiene la opinión de que el tema del emprendimiento en Venezuela es polémico.
«El verdadero cambio de paradigma digno de resaltar es cómo hemos decidido salir de una zona de confort, y sé que con este «cóctel caribeño de crisis» que es Venezuela (crisis económica, política, y ahora el covid), decir que estamos en una zona de confort pega a la vista pero la queja es también una zona de confort ver a todos a tu alrededor pasando dificultades y sentir «bueno pero es lo que pasa en el país, aquí todos estamos mal» eso también es una zona de confort. Refugiarse en eso culpar a los factores externos (que están y son ciertos) pero quedarse solo ahí. Es también una zona de confort»; opinó Ocando al conversar con RedRadioVe.
Igualmente, considera que este tipo de proyectos y emprendimientos «sí ayudan al país, al aumentar la confianza del venezolano, en su tierra, en sí mismo, en sus capacidades y habilidades y al probar que es posible hacer dinero de una forma honesta y con trabajo dentro de nuestras fronteras». También agregó que alimentar la economía del país, «dependerá de muchos factores».
Finalmente, Ocando agregó que «alguien que emprende por pasión (porqué tiene una idea que cambiará el mundo) no actúa o piensa igual que quién lo hace por necesidad, porqué es su último recurso. Sin embargo, ambos deben tener en común la idea clara de: Para emprender hay que trabajar y perseverar. ¡Y sobre todo aprender!».