Mientras Brasil registra más de 130 mil muertes por covid-19 y más de 4 millones de casos positivos, el presidente Jair Bolsonaro insiste en que la nación le está “ganando” a la pandemia.
Así lo expresó el propio mandatario brasileño, al participar en la supervisión de obras ferroviarias en la región de Salvador de Bahía, en el noreste del país.
“Estamos prácticamente venciendo la pandemia. El gobierno ha hecho todo para que los efectos negativos de la misma sean minimizados”, dijo Bolsonaro al insistir en que otorgó medios y recursos para atender a los infectados por el virus.
Seguidamente, agregó que “ya estamos viendo que comienza a aparecer, especialmente en la prensa, donde es difícil que aparezcan buenas noticias; que Brasil fue uno de los países que menos sufrió con la pandemia, dadas las medidas tomadas por el gobierno federal”.
Sin embargo, de acuerdo a los indicadores que maneja la Organización Mundial de la Salud (OMS), el gigante amazónico ocupa el segundo lugar por el número de contagios en el continente americano, luego de Estados Unidos.
A escala mundial, Brasil se mantiene como el tercer país con más casos positivos y el segundo con más muertes por coronavirus, desde que comenzó la pandemia.
Ante este escenario que, evidentemente, no representa ganancia alguna para el pueblo brasileño, pareciera que Bolsonaro aplica el principio de que “la casa pierde y se ríe”; utilizado en vocabulario lúdico; con la diferencia de que la pandemia no es un juego.
Panorama actual
Bolsonaro recibe constantemente fuertes críticas, dentro y fuera de su país; por mantener la actitud de negación acerca de la peligrosidad del virus covid-19 y la magnitud del impacto en todo el planeta.
A comienzos de julio, el mandatario anunció su contagio por el coronavirus, afección que superó con síntomas leves y en medio de dudas en cuanto a la posibilidad de que se tratase de una estrategia; para reforzar su afirmación de que la covid-19 era simplemente una “gripezinha” (pequeño resfriado).
Entre abril y mayo, Brasil vivió “una locura”, según lo definían habitantes de diversas regiones, para hablar de la cantidad de fallecidos a diario; los cuales tuvieron que ser sepultados en cientos de fosas comunes.
Por otra parte, la desatención del gobierno de Bolsonaro sobre la pandemia mantiene en riesgo a cerca de 14 millones de personas que viven en las zonas populares conocidas como favelas; en condiciones de mayor vulnerabilidad.
