Las relaciones entre Francia y Turquía se ponen más tensas por una caricatura; y aunque la razón parezca la travesura escolar de un periódico, lo real es que el tema es bastante serio.
El artífice del conflicto es el polémico diario Charlie Hebdo, el cual apuntó esta vez su portada en contra del presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan; a quien dibujó como un lascivo dirigente que en público defiende el islam, pero que en privado se divierte con los encantos mundanos de la carne.
Erdogan : dans le privé, il est très drôle !
Retrouvez :
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— Charlie Hebdo (@Charlie_Hebdo_) October 27, 2020
El tabloide galo es célebre por sus portadas que muchas veces se desentiende de la moderación. Abanderando una radical causa por la libertad de expresión, el impreso ha llegado al extremo de ofender a la comunidad musulmana con la blasfemia de hacer dibujos del profeta Mahoma.
La caricatura de Erdogan aparece en medio del escalamiento de tensiones entre París y Ankara, una vez que Macron se han referido al Islam como una religión en crisis; a lo que el presidente turco replicó recomendándole a su colega francés atenderse con un psiquiatra.
Boicot a Francia
En defensa del honor de los musulmanes, Erdogan sugirió en su país un amplio boicot a Francia que consistiría en dejar de comprar productos franceses
De consumarse esta idea, Turquía dejaría de comprarle al país europeo 14 mil millones de dólares en mercancías.
Sobre la caricatura, Erdogan se enteró pero no la ha visto: “No he mirado esa caricatura (…) Es inútil decir nada sobre estos canallas”.
El gobernante turco dejó claro que el roce con Francia va más allá de un dibujo en contra: “Mi ira no se debe al vil ataque a mi persona, sino a los insultos contra el profeta”, agregó.
En este mismo sentido opinó también el presidente Rohani de Irán: “Occidente debería comprender que insultar al Profeta equivale a insultar a todos los musulmanes, todos los profetas, todos los valores humanos y a pisotear la ética”.
