El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, sigue sin reconocer su derrota en las elecciones, pero aseguró que seguirá cumpliendo todos los mandatos de la Constitución.
Luego casi dos días de silencio, Bolsonaro admitió que tiene un sentimiento de indignación e injusticia; sin embargo, no mencionó en ningún momento la victoria del ahora presidente electo Luiz Inácio Lula da Silva.
«Como presidente de la república y ciudadano, continuaré cumpliendo todos los mandamientos de nuestra Constitución«, declaró en un discurso que duró dos minutos.
Mientras Bolsonaro se mantenía en silencio, algunos simpatizantes, entre ellos camioneros; han protagonizado el bloqueo vías en el país en rechazo a la victoria de Lula y esperando que el mandatario impugnara los resultados.
Con respecto a las manifestaciones, el presidente brasileño señaló que los métodos “no pueden ser los de la izquierda, que siempre han perjudicado a la población”.
Desde la noche del lunes, en el estado de Sao Paulo, el más poblado del país, se registraron bloqueos en al menos 10 carreteras; y durante la madrugada del martes quedaron obstruidos incluso los accesos al aeropuerto internacional de Guarulhos.
Sin embargo, precisó que «las manifestaciones pacíficas son bienvenidas», ante lo que aseveró que las actualizaciones protestas son a su juicio «resultado de la indignación y un sentimiento de injusticia por cómo se llevó a cabo el proceso electoral».
Además, agradeció a los más de 58 millones de personas que votaron por él el pasado domingo.
El silencio que asumió el mandatario llevó a que los miembros del Supremo Tribunal Federal (STF) rechazaran reunirse con Bolsonaro hasta que este reconociera su derrota públicamente.
Tras la declaración de Bolsonaro, el ministro de la Casa Civil de Gobierno de Brasil, Ciro Nogueira, anunció que está autorizado por Bolsonaro; para conducir el proceso de transición una vez que el mandatario electo, Lula Da Silva, anuncie oficialmente a su vicepresidente para comenzar con la transición de poder.
En los comicios del domingo, Lula obtuvo 60.345.999 votos, el 50,90% de los sufragios; venciendo así a Bolsonaro, quien consiguió 58.206.354 apoyos (49,10 %).