Irán desarrolla su propia vacuna contra la covid-19, y una vez la tenga lista, aspira a convertirse en uno de los más importantes productores del antídoto en el mundo.
De acuerdo a las autoridades locales, el estudio persa estaría a poco de comenzar la tercera y fase definitiva de la investigación. Irán fue uno de los países más golpeados por el virus al comienzo de la crisis sanitaria.
En los números actuales del país persa, desde el comienzo de la pandemia, la nación acumula más de un millón 400 mil contagios. Mientras tanto la cifra de fallecidos supera las 58 mil.
Recientemente las autoridades sanitarias aprobaron el uso de emergencia de la vacuna rusa Sputnik V. El gobierno iraní hizo un análisis entre todas las opciones disponibles y determinó que el preparado del Instituto Gamaleya “era una de las vacunas menos dañinas y peligrosas”.
El martes de esta semana comenzaron un ambicioso operativo de inmunización. La primera persona en ser vacunada fue el hijo del ministro de salud del país.
Esto, más que una muestra deliberada de “privilegio”, ha sido una señal de confianza hacia la vacuna rusa. Un mensaje potente de cara a la población, la cual ha estado bombardeada con versiones que cuestionan la eficacia de los antídotos contra el virus.
Cambios importantes
La semana pasada la revista médica The Lancet publicó los estudios de la Sputnik V, avalando con ello las conclusiones de la investigación de que el fármaco es seguro y eficaz contra la covid-19.
Este evento cambió inmediatamente el clima de sospechas hacia la vacuna rusa. Agencias de información estadounidense ya la califican como la hazaña científica más importante de Rusia en los últimos tiempos.
Por su parte el responsable de la diplomacia del bloque europea, Josep Borrell la alabó como una muy buena noticia para la humanidad.