En París no siempre se respira amor, y menos durante estos días en donde gravita un tenso rencor por el asesinato de un profesor de historia, a quien supuestamente habrían matado unos fanáticos islamistas.
Las víctimas colaterales de esta muy mala costumbre humana de juzgar a justos por pecadores fueron 2 mujeres atacadas en la torre Eiffel.
Las mujeres llevaban velo y son francesas de origen argelino. Las versiones describen que fueron heridas con cuchillo y que sus atacantes sellaron la agresión con gritos xenófobos de “vete a tu propio país”.
Pero la policía local descarta que el ataque haya sido un acto de odio, y sí un evento producido por una disputa sobre perros. De acuerdo a las versiones de las autoridades, una de las víctimas pidió a una de las agresoras que pusiera correa a uno de sus perros, ya que atemorizaban a los niños con quienes andaban.
La reacción de las agresoras fue la de negarse a amarrar a sus canes; y en cambio sacaron un cuchillo con el que atacaron a las 2 mujeres de origen argelino.
Para no ser un delito de odio, como cree la policía, las atacantes les gritaron: “Árabes sucios” y “Vete a tu propio país”, ignorando que son legítimas francesas.
El hecho ocurrió en un parque de la emblemática Torre Eiffel; el ícono de una ciudad en donde además de poetas y escritores, también sobran los villanos que habitan en las sombras de “La ciudad luz”.
Tensión en la ciudad del amor
¿Pero por qué hay tensión en París? El pasado 16 de octubre un profesor de historia fue decapitado en plena calle. Los testigos aseguran que uno de sus atacantes le cortó el cuello y gritó en árabe: ¡Dios es grande!
Al contrario del ataque a las 2 mujeres francesas de origen argelino a las que les gritaron “Árabes sucias”; el caso del profesor sí fue calificado inmediatamente como un acto terrorista.
Según la causa de su muerte fue la venganza por haber mostrado en clases varias caricaturas del profeta Mahoma para abordar el tema de la libertad de expresión, algo que es considerado como una blasfemia en el islam.