Honores al Comandante Fausto a 2 años de su siembra

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Un día como hoy, hace dos años, partía a otro plano uno de los imprescindibles de la revolución bolivariana. El abogado, político, diplomático y comandante guerrillero, Alí Rodríguez Araque, emprendía un nuevo viaje, con la satisfacción de haber cumplido la misión a lo largo de toda su existencia.

Fue la vida de Rodríguez Araque un ejemplo permanente de lucha, superación y coherencia plena entre las ideas y la praxis. Hombre poseedor de una lucidez intelectual, que caracterizó a buena parte de los dirigentes de su generación, se consagró a la lucha por los desposeídos. Tanto en el plano académico, como de las armas.

Referente intelectual

En el ámbito intelectual fue Rodríguez Araque un referente, junto con hombres de la talla de Gastón Parra Luzardo, Francisco Mieres, Álvaro Silva Calderón, Juan Pablo Pérez Alfonzo y Salvador de La Plaza, entre muchos otros. Todos ellos se dedicaron a la búsqueda de un pensamiento económico propio. Este grupo de intelectuales protagonizó encendidos debates en la época de la «Venezuela Saudita», exigiendo una verdadera nacionalización del recurso petrolero y, lo más importante, su adecuado aprovechamiento en aras del desarrollo nacional.

En la década de los 90, cuando el paradigma neoliberal se enseñoreaba con un poder casi omnímodo, Rodríguez Araque fue ejemplo de dignidad. El entonces parlamentario de la Causa R salvó su voto contra el proyecto privatizador de PDVSA,  a través de la mascarada  de la «apertura petrolera».

Unas décadas antes, entre los años 60 y 70, ya había empuñado el fusil como el Comandante Fausto, oponiéndose al entreguismo de los gobiernos adeco-copeyanos. Luego también lo haría, pero como parlamentario del extinto Congreso.

Protagonista bolivariano

Una vez en el poder el Comandante Chávez, a Rodríguez Araque le correspondió un rol estelar en el rescate de PDVSA de las manos del golpismo tecnocrático. Es decir, aquella «casta» que dio el paro-sabotaje petrolero de los años 2002-2003. Fue también protagonista, en la cruzada internacional de relanzamiento de la OPEP, para luchar cohesionadamente por el logro de precios justos. Y al final de su vida se desempeñó como embajador en Cuba.

Honor y gloria al comandante Fausto. Como sabiamente sostiene el presidente constitucional de Venezuela, Nicolás Maduro, este histórico dirigente, nacido en Ejido, fue un hombre imprescindible, cuya impronta como militante e intelectual sigue viva entre las nuevas generaciones.

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