El descalabro político del exdiputado, Juan Guaidó, es de antología. Esta semana el apátrida proyecto del «interinato», recibió 2 golpes nobles en un corazón que poco a poco deja de latir. Por un lado la República Dominicana dejó de considerarlo «presidente interino» de Venezuela y por el otro la Unión Europea (UE) rebajó al personajillo a la categoría de «interlocutor válido».
Pero además, por si fuera poco, esta misma semana las autoridades del gobierno alemán también han decidido dejar de considerarle como presidente interino. Esto no es poca cosa, sobre todo cuando hablamos de la cuarta economía más poderosa del mundo y una de las naciones más influyentes en el seno de la (UE).
Guaidó se desinfla como un globo espichado. Entre opositores solo consigue críticas y desprecio. Y en la comunidad internacional ya lo ven por encima del hombro, incluso aquellos que ayudaron a crearle su propia fantasía. Empiezan a aflorar eso sí los detalles de las horrendas tramas de corrupción. Este payaso se quedó sin público, en cambio la Patria reafirmó su soberanía.
Milagros que dan urticaria
La mezquindad, al igual que la estupidez humana pareciera ser ilimitada. Sólo parafraseando a un genio de la ciencia como, Albert Einstein, es posible aproximarse a la comprensión de ciertas conductas absurdas. Por ejemplo: por qué una fórmula de propiedades milagrosas, desarrollada con talento venezolano, como el Carvativir ha sido tan acremente atacada por medios nacionales e internacionales.
Y no han sido sólo las trasnacionales de la comunicación, algo a lo que ya estamos acostumbrados, también se suman a esta cayapa los «catedráticos». La Academia Nacional de Medicina salió rauda y veloz, con toda la pompa de su solemne investidura, a caerle a piedras al medicamento. Es el clásico ejemplo de quienes no lavan ni prestan la batea, durante toda la crisis sanitaria del covid-19, estos señorones se han limitado a criticar. Pero ni por asomo han tenido el decoro de poner a la orden toda su «sabiduría» para buscar soluciones.
En cambio los científicos del Instituto Venezolano de Investigación Científica (IVIC), con una labor digna de héroes, han realizado aportes fantásticos como el Carvativir. Al parecer hasta algunos milagros producen urticaria. Especialmente, cuando contribuyen a consolidar la visión de un país digno, que resiste al bloqueo criminal, creando y aportando.
Siempre lo supieron
Las revelaciones de Yacsy Alejandra Álvarez Mirabal han sido contundentes. La ciudadana implicada en el caso de la fallida Operación Gedeón, aseguró que los organismos de inteligencia colombiana lo sabían todo. Es decir, estaban en conocimiento que dentro de su territorio se estaba preparando una incursión mercenaria contra el país. Y también estaban al tanto de que ese golpe se iba a ejecutar.
La confesión de Álvarez Mirabal a un medio colombiano no hace sino confirmar las reiterativas denuncias de las autoridades venezolanas. Tanto el presidente constitucional venezolano, Nicolás Maduro, como los integrantes del alto gobierno, han señalado al primer mandatario colombiano, Iván Duque, de coadyuvar con las fuerzas extremistas de Venezuela, para desestabilizar a la patria de Bolívar.
Se verifica una vez más a Duque como un oscuro personaje de la política colombiana. Adicto a la violencia narco-paramilitar. Y, como no podía ser de otro modo, completamente sumiso a los intereses y órdenes de los grupos gobernantes de la Casa Blanca norteamericana. Estamos seguros que, más temprano que tarde, el hermano pueblo colombiano se redimirá de gobiernos tan infames y vergonzosos.