Los contagios de coronavirus en Brasil ya superan los 4.6 millones desde que comenzó la pandemia. Esta cifra tiene al gigante suramericano como la tercera nación del mundo con más casos, sólo superada por EE.UU. y la India.
Tan sólo en la jornada del miércoles, las autoridades sanitarias brasileñas confirmaron 33.281 nuevos infectados; la tercera tasa más alta en el planeta al menos en las últimas 24 horas.
En lo que sí sigue Brasil siendo segundo es en el número de fallecidos; ya que la enfermedad ha matado a más de 139 mil personas, lo que es suficiente para llenar 2 veces el estadio Maracaná.
La cifra de víctimas se abultó en Brasil con 869 decesos, la tercera cifra más alta este miércoles en el mundo. Este último número es un repunte exponencial luego que el pasado 21 de septiembre, ese país confirmó dos días seguidos con poco más de 350 muertos por el covid-19, lo que hace pensar en ocasiones que el virus está en franco declive.
El saldo de la «gripezinha»
Este retrato de la pandemia en Brasil con 4.6 millones de casos, describe la escena fatal de un país en el que su presidente jugó a subestimar la enfermedad, llamándola gripezinha, un adjetivo inofensivo que no le quietó peligro a un virus que ha demostrado que no es un juego.
Bolsonaro, remando contra el sentido común y la opinión general especializada de que el covid-19 era un peligro invisible, se empeñó en contradecir a los expertos.
El mandatario se desplegó en un operativo particular y potente para desacreditar las medidas de confinamientos como un remedio peor que la enfermedad; y por salvar la economía fue capaz de poner en riesgo la salud de su país.
Por esta deliberada operación para minimizar cualquier cuidado, los sectores médicos de Brasil denunciaron a Bolsonaro como el artífice de un crimen de lesa humanidad que ya se ha cobrado la vida de más de 139 mil personas; y que lamentablemente no podrán decir nunca que perdieron la vida por culpa de una “gripecita”.